Gracias por no interrumpirme

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Silvia Santana Silvia Santana preguntó sobre
Habilidades sociales

Escuchar, una conducta que es inherente al ser humano racional y que hace unas décadas no tenía un valor importante en sí mismo pasa a convertirse hoy en día en una competencia valiosa, tanto en los procesos selectivos de las empresas, como a la hora de adentrarnos en un grupo social o en la búsqueda de pareja.

La realidad es que nos hemos dado cuenta de que la única forma de obtener la totalidad de un mensaje, de interiorizarlo, de poder analizarlo y responder con conciencia, es utilizar como mecanismo inicial la Escucha Activa.

En la actualidad obtenemos muchas pautas a través de libros de autoayuda, cursos, artículos o entrevistas a profesionales de diferentes ámbitos para aprender como potenciar una escucha efectiva pero ¿Nos queda claro lo que no tenemos que hacer? ¿Aquello que hay que eliminar además de incorporar las nuevas pautas?

Por si acaso enunciamos a continuación algunas de esas conductas menos adecuadas:

- No juzgar las emociones de los demás. En ocasiones tenemos la tendencia a negar al otro diciéndole: No deberías ponerte así, no deberías sentir eso…

- No intentar resolver de inmediato el problema del otro. Las personas queremos desahogarnos, sentirnos escuchadas, queridas y apoyadas no en primera instancia sentir que estamos obteniendo un recursos práctico.

- No interrumpir. En ocasiones nos identificamos mucho con la situación que nos relatan y tenemos la tentación de paralizar la conversación hablando de nuestros propias vivencias, nuestras expectativas o la información que tenemos en la mente.

- No descalificar. Algunas situaciones o aportaciones nos indignan y cometemos el acto impulso de enfadarnos, hacer un comentario desagradable sobre el otro o entrar en comparativas entre personas. Todo eso lleva al conflicto.

- No dar consejos de continuo. Si la otra persona quiere ayuda te la pedirá directamente.

- No hacer multitud de preguntas. En el terreno profesional hay multitud de candidatos que incluso sin finalizar de hablar el entrevistador bombardean con preguntas. Esto muestra que estamos pensando solo en nuestras necesidades y no estamos captando 100% lo que nos están diciendo, además de anticiparnos porque si la otra persona no ha terminado de hablar puede que nos vaya a mostrar la información a continuación.

Aprovechemos la información que el presente nos brinda ahora para comunicarnos con los demás sin cometer los errores del pasado.

02 de octubre de 2015   Comentar

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