Salita de espera enana, siempre toca esperar. Carácter seco y poco explicativo. Manda mamografías anuales cuando eso es excesivo (implican un riesgo) y es suficiente cada dos años (según la inmensa mayoría de ginecólogos), y sobre todo, de acuerdo en que en casos que se salen de lo habitual, se pierde totalmente. Su ecógrafo deja mucho que desear: tengo las mamas llenas de quistes y cuando le pregunté sobre ellos me contestó que no tenía ninguno. En seguida acudía a otro profesional y
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Ana y ahí estaban los quistes, como siempre. Me pareció increíble que no los hubiera visto, a pesar de que le aseguré que desde hace años estaban ahí y que qué extraordinario me parecía que hubieran desaparecido. Me fui extrañada pero contenta hasta que la radióloga con una simple ecografía y sin ser ginecóloga los detectara todos uno a uno sin problema. Tras otro problemilla posterior, me despachó rápidamente sin darme solución, y sobre todo sin ni siquiera haberme reconocido. Estoy buscando otro ginecólogo ya.
01 de septiembre de 2014