Olga Donnay Candil

No se demoró mucho la consulta

En primer lugar la empatía, es francamente desagradable, en mi caso no se había enterado de los análisis salvo parámetros no importantes, corta a los pacientes cuando están hablando, no da soluciones cuando las hay, algunos personajes no por tener título y aprobar una oposición se pueden llamar doctora y más una oncologa que debería estar totalmente renovándose y al tanto de los posibles avances en la enfermedad
Realmente penosa

Gracias Olga por ser clara y directa ,sin vueltas...me salvaste la vida

Que grande eres Olga. Te debo un buen chiste.Un abrazo

Estoy con mi pareja que está ingresado en la novena planta del hospital de la princesa. Esta doctora lleva su proceso oncológico desde hace más de dos años y desafortunadamente nos encontramos actualmente en una situación con la enfermedad en estado avanzado y con difícil solución. Su falta de empatía ha sido absolutamente evidente durante todo este tiempo pero la falta de humanidad y absoluto desprecio hacia un paciente que ha demostrado hoy me ha dejado absolutamente desolado.

Trato a mi madre y lo único que puedo decir es la acompañó hasta el último momento y siempre la trato fenomenal
Gracias Dra. Donnay

Es mi oncóloga. No se la recomendaría a nadie.
Esta quemada y de vuelta de todo.
Y su deontología la acompaña en ese deterioro.
Le he dado muchísimas oportunidades y me ha fallado sistemáticamente.
Y no me refiero a su empatía, sino a su actuación médica.
Debe estar cerca de jubilarse.

Tras la experiencia de esta mañana en el hospital de la princesa a día 16 de septiembre de 2020 no puedo valorar positivamente absolutamente nada.

La atención a mi padre de esta doctora en el hospital La princesa ha sido lamentable. Falta de empatía impropia de un "profesional" en una consulta oncológica.
Tras preguntar sobre la analítica previa a la quimioterapia, y preguntar, su respuesta fue "si no estuviera bien no habría tratamiento" Y preguntar por los valores tumorales, se negó a darnos más explicaciones.
Sólo deseó que ella o cualquiera de sus familiares en nuestra situación, reciba el mismo trato que ella ha dado hoy.

He sufrido cáncer de mama de tipo agresivo y en el Hospital de la Princesa tuve la suerte de haber sido atendida y contenida por la Dra. Olga Donnay a la cual le estoy eternamente agradecida por el soporte brindado y la claridad con la que me ha tratado siempre, siendo muy profesional y humana a la vez. Muchísimas gracias.

Me gustaría decir que nosotros como pacientes debemos tener en cuenta que el profesional que nos atiende esta siempre de nuestro lado, que hace todo lo humanamente posible, que nosotros debemos colaborar con el para nuestro bienestar, y que si queremos tener enfrente a alguien del cual nos satisfaga su atención, nosotros también tenemos responsabilidad de dejar que ellos hagan su trabajo. Y si no hay entendimiento, se cambia de oncologo , que es absolutamente posible de hacer.

Las tomas de contacto que tuvimos con éste médico, no fueron satisfactorias, desgraciadamente para mi familiar y para los que estábamos día a día junto a él, cuándo alguien hace el Juramento Hipocrático y se enfunda la bata blanca, debe colgar sus filias y fobias, y si son infundadas mucho más, somos adultos y debemos constatar las informaciones, vengan de dónde vengan, más en Oncología, cuyos pacientes están tan necesitados de cualquier gesto de cariño, atención, empatía, simpatía, bonhomía.

Sólo espero y deseo que el trato dispensado a mi familiar, no se repita en ningún otro enfermo oncológico, ni de ninguna otra patología, dicho enfermo falleció sumido en una enorme tristeza, propiciada por algún "medico" carente de la mínima sensibilidad, no dispuesto a escuchar las explicaciones de un paciente muy deteriorado física y anímicamente, cuya única pretensión hablar y aclarar qué sucedía, muchas gracias Dra. Donnay por su amabilidad, Sólo le deseo le sea devuelta con creces.