Hipnosis clínica

La hipnosis clínica es una de las herramientas utilizadas por los psicólogos para el tratamiento de algunas patologías con origen psicosomático o psicológico. Durante el estado hipnótico no hay pérdida de la conciencia, sino que se consigue una mayor atención o concentración, la cual se focaliza en el problema a tratar.

La principal contribución de la hipnosis es su ayuda para dejar la adicción al tabaco, que se consigue con una disminución del deseo de fumar, con una percepción más real de lo que realmente se fumaba y eliminando la ansiedad sin que se sufra. También es eficaz para tratar fobias de diferentes tipos. También puede ser útil para ayudar a perder peso, en combinación con la terapia cognitivo-conductual.

Otros campos en los que la hipnosis produce efectos positivos son: El control del dolor, asociado a diferentes causas; aumento de autoestima; superación de la timidez, de la soledad, de la infidelidad; eliminación de ansiedad y depresión, etc. 

Hay dos situaciones en las que se recomienda no utilizar la hipnosis, que son la esquizofrenia y la histeria.

La utilidad de la hipnosis en algunos casos

Tanto en el ámbito público como en mutualistas y hospitales privados, existen profesionales médicos que usan la hipnosis como herramienta terapéutica o recomiendan su aplicación para tratar una afección o complementar un tratamiento más tradicional.

Algunas de las patologías en las que se aplica es en el dolor crónico, el dolor causado por la quimioterapia o la radioterapia, y para controlar la ansiedad, las crisis de pánico, las migrañas y el estrés postraumático, que en su mayoría tienen un origen emocional.

Se habla de que incluso se ha hipnotizado a pacientes con alergia a la anestesia a los que después se le han extirpado muelas.

Estas técnicas se han aplicado también en niños con problemas de hiperactividad, incontinencia urinaria, crisis de asma o succión constante de sus dedos, entre otras afecciones. Aún así, hay enfermedades y accidentes en los que la hipnosis no tiene efectividad, como en el caso de un infarto, una hemorragia o una depresión que necesite psicofármacos para ser sanada, pero es una técnica complementaria que puede ser muy útil en algunos casos.