La tomoterapia o radioterapia helicoidal guiada por imagen en tiempo real es una técnica utilizada para el tratamiento del cáncer. Se trata de una modalidad de radioterapia de gran eficacia y precisión, usada sobre todo como terapia en tumores de tipo maligno.

Al hacer incidir el haz de radiación sobre una determinada zona de un modo tan preciso evitamos la irradiación de los tejidos circundantes, lo cual supone una gran ventaja para evitar efectos secundarios.

Su realización es posible gracias a un equipo de tecnología de vanguardia que permite llevar a cabo técnicas de radioterapia de alta precisión. Una exactitud que se basa, principalmente, en un sistema de control personalizado que exige actuaciones previas a la sesión de la radioterapia.

La utilización conjunta de distintas tecnologías, como la radioterapia helicoidal, una forma de IMRT (tratamientos de intensidad modulada) para tomar imágenes de TAC, o un acelerador lineal, permite a los técnicos hacer los ajustes necesarios para evitar la imprecisión que pudieran ocasionar distintos factores, como la posición del paciente o los cambios producidos en los órganos internos.

El hecho de realizar estas actuaciones dando uso a estas tecnologías, en suma, ayuda a lograr una precisión hasta ahora inédita en los tratamientos de radioterapia.

Qué es la tomoterapia

Definir la tomoterapia significa señalar, como hemos hecho, que se trata de un sistema de alta tecnología que combina la imagen guiada con la radioterapia helicoidal mediante un sistema que toma imágenes de TAC.

Explicado de forma breve y sencilla, la tomoterapia es un tipo de radiación dirigida al tumor o al área a tratar de forma muy precisa y, por lo tanto, más controlada que con otros sistemas. Para ello, en el caso de utilizarse para el tratamiento de un tumor, antes de comenzar el mismo, se toma una imagen en 3D del mismo para ajustar la radiación.

Para su realización, el paciente se acuesta en una especie de camilla que se desliza y, una vez dentro, la máquina de radiación va rotando alrededor del paciente, dibujando un movimiento en forma de espiral.

Para qué se hace la tomoterapia

Entre otros usos, la tomoterapia se utiliza para la detección de cáncer y su avance con el fin de hacer o mejorar un determinado tratamiento. Por su parte, la tomoterapia se centra en el tratamiento de distintas enfermedades, entre ellas los linfomas malignos o los tumores sólidos.

Una de sus modalidades consiste en el tratatamiento de Irradiación Corporal Total (ICT), aplicable a personas que padecen leucemias o linfomas o, por ejemplo, pacientes que esperan trasplantes de médula ósea con el fin de conseguir el estado inmunodepresivo.

Entre sus ventajas, este tratamiento permite una irradiación más precisa con un control exacto de la dosis que les llega a los órganos, así como su distribución, permitiendo la protección de determinados órganos de riesgo, como los pulmones o lo riñones. Si bien este tipo de tratamiento se llevaba a cabo mediante un acelerador lineal, ahora algunos hospitales cuentan con esta opción más avanzada.

¿Tiene efectos secundarios la tomoterapia?

Al tratarse de una terapia precisa, los efectos secundarios se reducen. Actualmente, puede considerarse un tratamiento de última generación para el tratamiento de enfermedades, en particular los tumores.

El tratamiento de tumores infantiles utilizando tomoterapia es un claro ejemplo de la importancia de minimizar los efectos secundarios. Dado que algunos tejidos sanos del niño están todavía en desarrollo, la tomoterapia se muestra especialmente útil, ya que son sensibles a la radioterapia.

De este moto, el uso de la tomoterapia disminuye la dosis de radiación en tejidos sanos, que no precisan ser tratados, con lo que se reducen los efectos secundarios de forma importante.

Por lo general, la tomoterapia tiene una gran utilidad en tumores de alto riesgo, bien por su ubicación o la falta de respuesta con quimioterapia como por otros factores que se deben valorar en el paciente.

Tomoterapia de gran utilidad en tumores complejos

El hecho de necesitarse imagen de comprobación antes de realizar cada una de las sesiones también es de gran ayuda en casos complejos, que presenten dificultades por razones distintas. Ya sea por tratarse de un tumor inicial de gran volumen como por exigir irradiaciones irregulares a lo largo de todo el tratamiento, pongamos por caso.

Por lo tanto, la tomoterapia es fiable y segura, pero siempre relativa, pues el organismo no deja de recibir una radiación. Así pues, se trata de una seguridad terapéutica en términos comparativos, suponiendo un paso adelante a nivel tecnológico tanto en eficacia como en seguridad terapéutica.

En todo caso, no debemos dejar de tener en cuenta que las características generales de la tecnología se deben adaptar a cada caso, y será entonces cuando se podrá determinar por parte del oncólogo tanto su conveniencia como los efectos secundarios que podrían esperarse. Una valoración que deberá realizar el equipo multidisciplinar que trate a cada paciente, desde oncólogos y técnicos hasta otros especialistas implicados.

Imagen: Tecnic en Wikimedia

Preguntas y respuestas sobre tomoterapia

Noticias sobre Tomoterapia

Mayor tasa de supervivencia de los pacientes tratados con tomoterapia

Tomoterapia

Los pacientes que padecen tumores nasofaríngeos y que han sufrido una recaída local o regional y después han vuelto a ser irradiados con tomoterapia tienen una mayor tasa de supervivencia, según demuestra un estudio realizado por especialistas en oncología radioterápica.

La incidencia de este tipo de tumor es de un caso al año por cada 100.000 habitantes, lo que se traduce en un 3% de los cánceres de cabeza y cuello, y es más frecuente en el caso de los varones. Para sacar estos datos, se ha evaluado a un total de 17 pacientes que han sido reirradiados con tomoterapia y cuya edad media era de 57 años que habían sufrido metástasis después de dos años de tratamiento inicial.

La conclusión que se ha extraído es que usando técnicas de radioterapia avanzada, como es la tomoterapia, y equipos de tecnología es posible realizar tratamientos de reirradiación con unos buenos resultados en cuanto a control de la enfermedad y efectos secundarios con una mejor calidad de vida en el paciente, sin que los síntomas sean clasificados como severos en ninguno de los casos analizados.

 

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