Trasplante renal

Los pacientes que sufren una insuficiencia renal avanzada pueden encontrar en el trasplante renal una opción terapéutica efectiva para mejorar su esperanza y calidad de vida.

Sin embargo, el trasplante no es sinónimo de una curación completa, ya que el paciente seguirá sometido a una terapia continua de forma permanente. Sin embargo, no todos los enfermos son trasplantables, por lo que se debe evaluar cada caso particular.

La espera hasta conseguir la donación de órganos puede ser larga y desalentadora. Sin embargo, solo raras veces es una operación de la que dependa la vida del paciente, ya que existe la alternativa de la diálisis para tratar la insuficiencia renal crónica.

Los pacientes que se encuentran en fase terminal son los más castigados por este problema de salud, hallando en el trasplante el único tratamiento que les permite recuperar una vida prácticamente normal.

Donante vivo vs fallecido en un trasplante renal

En caso de ser un donante vivo, una opción no muy frecuente por la oferta de trasplante de donante fallecido, suele optarse por ello cuando uno de los miembros de su familia (o no perteneciente a la misma) es compatible con el enfermo.

En dicha situación, uno de los dos riñones del donante se extrae mediante laparoscopia para implantarlo a continuación en el receptor. Por otro lado, si el donante es un cadáver, se llevan a cabo otras técnicas quirúrgicas.

También es importante dejar apuntado que este tipo de donaciones de donante vivo tiene consecuencias especialmente positivas para el receptor, puesto que aumentan la esperanza de vida promedio en un 60 por ciento. En concreto, ésta aumenta alrededor de seis años, a diferencia de quienes reciben el riñón trasplantado de una personas fallecida.

Por poner un ejemplo, si un paciente trasplantado de un donante vivo vive una media de unos 16 años más después de la operación, quienes lo reciben de un fallecido vivirán en torno a unos 10 años más.

Asimismo, hay que considerar que existen otros factores que influyen en la supervivencia, como el hecho de que, en el momento de la intervención, el receptor tenga al menos un 10 por ciento de función renal y no haya sido sometido a diálisis.

Ello es debido a que el estado general de un paciente se deteriora durante la diálisis. En sentido contrario, se conseguirá un mejor resultado cuando se trasplante un órgano de un donante más joven, ya que suele dar menos problemas en su nuevo huésped.

En comparación con la diálisis crónica, sin embargo, ya sea un trasplante de donante vivo o fallecido, la intervención mejora la calidad de vida y reduce la mortalidad de la mayoría de los pacientes de un modo significativo.

La operación de traspante renal

La operación de trasplante requiere la intervención de un conjunto de profesionales que trabajen en equipo antes, durante y después de la misma. No en vano, el trasplante renal exige la participación de numerosas disciplinas, entre ellos, nefrólogos, anestesistas, radiólogos, enfermeras, etc.

Asimismo, se lleva a cabo un protocolo para distintas actuaciones, desde la valoración del paciente para saber si es trasplantable hasta la realización de medidas previas a su inclusión en las listas de esperar para el trasplante.

Si bien la edad no es una contraindicación para el mismo, sí podrían serlo algunos problemas de salud más comunes entre la población de mayor edad. La mayoría de los receptores que han sido evaluados de forma positiva son menores de 50 años, sometidos a diálisis menos de 2 años, sin fragilidad física ni enfermedades como la diabetes o patologías cardiovasculares previas ni antecedentes familiares.

Frente a otras intervenciones de este tipo, el trasplante de riñón es el más frecuente, y también uno de los más fiables, siempre que se haya realizado una adecuada evaluación previa. Es importante considerar que, por ejemplo, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad tras el trasplante, razón por la que realizar una evaluación clínica que tenga en cuenta los factores de riesgo es esencial para que la operación realmente sea un éxito.

Cuánto dura la intervención de trasplante renal

Si nos preguntamos cuánto dura, siempre que no haya complicaciones, normalmente la intervención se realiza entredos y tres horas. En concreto, los cirujanos realizan una incisión en forma de S debajo del abdomen para poder implantar el nuevo riñón, ya sea a la izquierda o derecha, sobre el pliegue de la ingle.

Tras finalizar, los vasos sanguíneos del nuevo riñón estarán conectados a los del paciente y el uréter, a su vejiga. Por su parte, el postoperatorio no suele presentar problemas más allá de los habituales en cualquier cirugía, con una recuperación rápida y sin secuelas.

Durante la hospitalización, el paciente se someterá a distintas pruebas para monitorear el funcionamiento del órgano trasplantado. Antes del alta, médicos y enfermeras indicarán al paciente las instrucciones necesarias sobre sus nuevos medicamentos y, posteriormente, se realizará un seguimiento que irá reduciendo su frecuencia conforme vaya pasando el tiempo, siempre que no se observen complicaciones, que suelen ser más serias al principio.

Preguntas y respuestas sobre trasplante renal

Noticias sobre Trasplante renal

Aumentan las necesidades de trasplante renal

Trasplante renal

Alrededor de 6.000 personas con insuficiencia renal necesitan cada año un tratamiento sustitutivo como una hemodiálisis, diálisis peritoneal o un trasplante renal, según la Sociedad Española de Nefrología, que acaba de participar en la I Jornada Sen-Sedisa.

Allí, los expertos han incidido en la prevalencia de la enfermedad renal crónica, que aumenta de forma progresiva con el envejecimiento de la población. Un 22% de los mayores de 64 años y un 40% de los de 80 años la padecen. Otras enfermedades con mucha prevalencia con la edad es la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la arterioesclerosis.

La enfermedad renal crónica supone un coste social y económico elevado que necesita coordinación entre los profesionales sanitarios que garanticen grandes niveles de calidad para mejorar la calidad de vida del paciente. Este aumento del número de pacientes que necesitan un trasplante renal hace que los nefrólogos tengan que innovar clínica y tecnológicamente e introducir estas mejoras en su labor diaria. Los expertos coinciden en recalcar que los directivos de salud y los profesionales sanitarios tienen que establecer puntos de encuentro para mejorar la calidad del procedimiento y unos mejores resultados para el enfermo.

El mayor récord de trasplantes en España

Trasplante renal

España acaba de conseguir un nuevo récord en trasplantes de órganos. Así, en un solo día se ha trabajado con 15 donantes fallecidos y uno vivo, cuyas operaciones se realizaron en menos de 24 horas. Este dato ha sido corroborado por la Organización Nacional de Trasplantes y es una buena noticia para la medicina de nuestro país, que avanza cada vez más rápido.

Los trasplantes se llevaron a cabo este lunes y han permitido trasplantar un total de 38 órganos: 21 riñones, 9 hígados, 5 pulmones, 2 corazones y un combinado páncreas riñón. Según los expertos, se trata del mayor número de donantes fallecidos que se han logrado hasta ahora en un solo día, que han ayudado a mejorar la salud de muchas personas.

Durante el operativo participaron organismos públicos y privados y un total de 12 aeropuertos, que gracias a su coordinación y buen trabajo permitieron que el resultado fuese satisfactorio. España es uno de los países líderes en trasplantes y buena muestra de ello son estos triunfos, que ayudan a salvar a muchas personas gracias al desinterés de las familias de los fallecidos, que donan sus órganos para que puedan salvar la vida de otros enfermos. 

Imagen: Schlendrian en Wikimedia

 

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