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Efectivamente agradece, si, pero verbalmente a quien te ayuda agradécele una sola vez, y en silencio el resto de la vida, a través de tu actitud. Pero sobre todo evita que el agradecimiento se convierta en un apego que cree una dependencia eterna, porque entonces el agradecimiento se da la vuelta y acaba causando daño. Y el agradecido acabará usando a los que agradecen como instrumento en su propio interés.Agradecimiento sin apego y sin dependencia, agradecimiento con libertad.

Muchas gracias por haberme ayudado, pero a cambio no me impongas nada tuyo, ni tus creencias ni tus hábitos heredados. Déjame que yo continúe mi propio camino en libertad, y sin reprenderme por hacer uso de mi capacidad de elegir, y decidir lo que es bueno para mi. Que me hayas ayudado no implica que todo lo que me puedas ofrecer sea bueno y adecuado para mi. Humildad por ambas partes, el que agradece y el agradecido.