"La patología tiroidea es muy frecuente, y son pocos los casos que vayan a requerir de una intervención quirúrgica. Es fundamental en todos los pacientes, el seguimiento estrecho y la colaboración cercana entre especialistas en Endocrinología y Cirujanos Endocrinos."
Víctor Vaello Jodra es Médico especialista en Cirugía General y de Aparato Digestivo, con super especialidad en Cirugía de Tiroides y Paratiroides y Cirugía de la pared abdominal, y tratamiento de hernias. Forma parte del equipo médico de Centro Clínico Betanzos 60.
Existen distintas patologías asociadas a la glándula tiroides, algunas de ellas muy frecuentes.
Pueden ser de tipo funcional como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo (desajustes por defecto o por exceso de la producción de hormona tiroidea), o estructurales como el aumento de tamaño de la glándula tiroides (bocio) o la aparición de nódulos únicos o múltiples.
Los nódulos son tremendamente frecuentes en la población, y afortunadamente sólo una mínima parte de ellos pueden degenerar con aparición de células malignas y el desarrollo de un cáncer de tiroides.
Como se ha mencionado, la patología tiroidea es muy frecuente, y son pocos los casos que vayan a requerir de una intervención quirúrgica. Es fundamental en todos los pacientes, el seguimiento estrecho y la colaboración cercana entre especialistas en Endocrinología y Cirujanos Endocrinos.
La cirugía es curativa en múltiples escenarios de la patología tiroidea: indudablemente, en los casos de cáncer de tiroides, donde gracias a la cirugía se consigue que el pronóstico sea en la gran mayoría de los casos excelente. También en los nódulos que, sin ser malignos, presentan un elevado riesgo de convertirse en ello. Fuera de la patología oncológica, la cirugía del tiroides puede indicarse en patología funcional de difícil control médico o en aumentos de tamaño de la glándula que ocasionen síntomas.
La cirugía de la glándula tiroides es una intervención mayor, en una localización compleja que además es una zona muy visible con un componente estético importante. Si bien es cierto que la cirugía moderna tiende al desarrollo de abordajes mínimamente invasivos, en la cirugía tiroidea existen limitaciones importantes. Además, el abordaje “tradicional” evoluciona continuamente hacia incisiones cada vez más pequeñas, con recuperación posterior más rápida y complicaciones más escasas, más leves y menos duraderas.
Por todo esto es fundamental estar en manos de un equipo quirúrgico con experiencia en cirugía endocrina, actualizado en nuevas técnicas y tecnologías que ofrezcan la mayor seguridad y la menor invasividad.
Entendemos por pared abdominal los músculos y ligamentos que sirven de soporte anterior y lateral al cuerpo, anclándose en la columna, las costillas y la pelvis. La pared abdominal no solo protege los órganos del abdomen, sino que tiene gran importancia para el movimiento y la respiración.
Esta pared presenta puntos de debilidad en los que pueden desarrollarse hernias tanto de forma espontánea como secundariamente a cicatrices de otras intervenciones. Asimismo, los músculos rectos, que son los dos músculos paralelos localizados en vertical a ambos lados de la línea media, con frecuencia pueden sufrir diástasis o separación por laxitud de los elementos ligamentosos que los unen. Esta condición es más frecuente en mujeres y es típica su asociación con las modificaciones corporales durante la gestación, pero puede afectar a personas de cualquier sexo.
La cirugía de la pared abdominal consiste no sólo en reducir las hernias, sino en restablecer la anatomía, eliminar las zonas de debilidad con la introducción de mallas, y restaurar la función perdida.
Las hernias suponen un problema de salud importante que va mucho más allá de la estética. Hay un riesgo de incarceración del contenido abdominal que se encuentra herniado, siendo en ocasiones necesaria la cirugía urgente.
En el caso de la diástasis de rectos, es una entidad muy frecuente y que además asocia un riesgo elevado de hernias en dicha región. Existe un abanico de formas de presentación muy amplio que varía de formas leves a casos severos con importante distorsión de la musculatura abdominal y repercusión funcional. En estos casos, la cirugía es sólo una parte del proceso de tratamiento, junto con la rehabilitación física.
Los pacientes deben ser bien asesorados por cirujanos con experiencia en cirugía de la pared abdominal para poder tomar la decisión adecuada, porque la indicación de cirugía, el tipo de técnica y el momento de realizarla dependen de múltiples factores no sólo estéticos.
En el caso de hernias abdominales, ninguna edad no es una contraindicación absoluta para la realización. En la diástasis de rectos, las formas infantiles suelen desaparecer durante la primera infancia por lo que siempre es recomendable esperar. En la diástasis del adulto, la edad no es un factor influyente en sí mismo para la indicación de cirugía, como sí lo son otros factores que deben individualizarse (presencia de hernias asociadas, deseo de nuevos embarazos, estado físico, etc.).