Dejamos atrás el buen tiempo y con él vamos guardando chanclas y sandalias, un calzado que, aunque fresco y apetecible para el verano, puede causar problemas en los pies, tales como dolor de planta, tobillo o en las uñas.
Muchas personas no saben que antes de iniciar la transición hacia un calzado cerrado deberíamos tomar una serie de medidas con respecto a esta parte de nuestro cuerpo. El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) recomienda realizar un tratamiento completo que incluya una hidratación de la zona y eliminación de piel muerta para empezar el otoño “con buen pie”.
También es importante revisar las plantillas de nuestro calzado cerrado para asegurarnos de que esté en perfectas condiciones o comprar productos de este tipo nuevos para que nos aguanten toda la temporada. Una plantilla correcta nos permite caminar de forma más cómoda y evita problemas futuros.
Después de la temporada estival, nuestros pies se han sometido a agentes externos, como agua salada y condiciones climatológicas, pisotones y calzado que normalmente cuenta con suelas inadecuadas, por eso seguir estos consejos puede ser una buena idea de cara al fortalecimiento de esta parte del cuerpo para poder empezar con energía la nueva etapa del año.
Fuente: Infosalus