"Es importante que desde niñas sepamos cómo cuidar nuestro suelo pélvico. Que no esperemos al embarazo, o a tener pérdidas de orina para aprender a protegerlo en las actividades de la vida diaria, tonificarlo, relajarlo, y realizar una correcta recuperación en procesos que así lo requieran, como puede ser el postparto."
Beatriz Martínez Pascual es fisioterapeuta por la Universidad Europea de Madrid y Doctora en Ciencias de la Salud por la Universidad Rey Juan Carlos, experta en obstetricia, uroginecología y drenaje linfático, y especialista en suelo pélvico. Desarrolla su actividad profesional en Onelife, centro especializado en el tratamiento del dolor.
La fisioterapia fue mi segunda carrera universitaria. Tras cursar la Licenciatura en Publicidad y Relaciones Públicas, comencé a trabajar en el mundo del marketing, y muy pronto fui consciente de que lo que más me gustaba era trabajar cerca de las personas. Decidí darle un enfoque más humanista a mi aportación a la sociedad y el cuidado de la salud podía darme lo que buscaba.
El suelo pélvico juega un papel esencial en las distintas etapas de la vida de la mujer y son muchos los factores de riesgo que van a poner a prueba la salud de nuestro suelo pélvico. Sin duda, destacaría tres de ellos: el embarazo, el parto-postparto, y la menopausia.
Yo diría que no sólo es necesario fortalecerlo. Es necesario “conocerlo y reconocerlo”. Es importante que desde niñas sepamos cómo cuidar esta zona de nuestra anatomía. Que no esperemos al embarazo, o a tener pérdidas de orina, para descubrir los músculos del suelo pélvico. Que tengamos estas estructuras integradas en nuestro esquema corporal. Así, podremos reconocer los factores que le ponen en riesgo, sabremos protegerlo en las actividades de la vida diaria, tonificarlo, relajarlo, y realizar una correcta recuperación en procesos que así lo requieran, como puede ser el postparto.
El embarazo es sin duda una etapa de gran sobrecarga para el suelo pélvico. Por una parte, la modificación de la postura de la mujer, y su incremento de peso, van a suponer un esfuerzo extra para esta zona. No podemos olvidar que el suelo pélvico no es una estructura aislada y que su relación con las estructuras abdominopélvicas es directa (pensemos en cómo está la musculatura abdominal y glútea en esta etapa) .
A estas alteraciones musculoesqueléticas, debemos sumarle la explosión hormonal que afectará a la calidad de los tejidos. Por último, debemos destacar que la musculatura del suelo pélvico será la última barrera que atraviese la cabeza del bebé en el periodo expulsivo del parto.
Por todo ello, es importante saber cómo proteger nuestro suelo pélvico durante el embarazo, y tener una musculatura tonificada y con la elasticidad suficiente para favorecer la salida del bebé.
Hoy en día hay muchos elementos que nos pueden ayudar en nuestro trabajo de fortalecimiento del suelo pélvico, con los que la mujer puede trabajar desde casa, y que hacen que el trabajo sea más ameno y ganemos adherencia a nuestro entrenamiento.
Sí me gustaría aclarar, que pese a que siempre se piensa en fortalecer, hay muchos casos en los que lo que necesitamos es relajar dichas estructuras para normalizar la sintomatología/disfunción del paciente. Mi consejo es que antes de utilizar las bolas chinas, o cualquier otro implemento, la mujer acuda a un profesional de la fisioterapia especializado en suelo pélvico, para realizar una valoración y ver qué tipo de trabajo necesita realizar.