"El suelo pélvico en el hombre forma parte del mecanismo de erección y del control eyaculatorio, manteniendo la turgencia del pene. Si esta musculatura presenta cierta debilidad, puede causar problemas de erección."
Melanie Fernández Lago es fisioterapeuta titulada por la Universidad de Vigo, con especialidad en fisioterapia articular manipulativa por la Universidad de A Conruña. Es experta en el tratamiento del suelo pélvico, así como en uroginecología y obstetricia. Desarrolla su actividad profesional en Onelife, centro multidisciplinar especializado en el tratamiento del dolor.
Desde pequeña siempre mostré gran interés en el cuerpo humano y las ciencias de la salud, y me decanté por la fisioterapia, porque tenía claro que quería ayudar a la gente a tener mejor calidad de vida. Durante los estudios en la universidad empecé a sentir curiosidad por aquellas patologías relacionadas con el suelo pélvico, y cómo la fisioterapia podía ayudar a tratarlas. Era un tema que hace 10 años no era común y decidí especializarme en esa área
El tener la musculatura del suelo pélvico debilitada puede ser causa de incontinencias (urinaria de gases y/o fecal), prolapsos de los órganos pélvicos, dolor lumbar/pélvico e incluso disfunciones sexuales como es la anorgasmia.
El suelo pélvico en el hombre forma parte del mecanismo de erección y del control eyaculatorio, manteniendo la turgencia del pene. En concreto, el plano más superficial de esta musculatura (bulboesponjoso e isquiocavernoso), que se insertan y cubren el pene. Si esta musculatura presenta cierta debilidad, con un programa específico podemos mejorar tanto la rigidez, como el mantenimiento de la erección.
Como medida preventiva, conocer tu suelo pélvico y ejercitarlo tiene beneficios en la conciencia corporal de esa región, ayudando a prevenir disfunciones del suelo pélvico.
Si integramos en nuestra rutina de ejercicio, esta parte de nuestra anatomía, ésta se mantendrá con un buen tono y por lo tanto ayudará a prevenir la incontinencia urinaria. Pero no debemos olvidarnos nunca de trabajar también nuestro complejo abdominopélvico, al igual que la respiración, ya que todo ello, junto con el suelo pélvico trabajan en conjunto, gestionando los aumentos de presión abdominal (por ejemplo, tos, levantar cargas, etc.) y manteniendo la estabilidad de la región lumbopélvica. Si esto falla, puede ser un factor de riesgo a la hora de padecer incontinencia urinaria en un futuro.
Para fortalecer el suelo pélvico, tanto si es hombre como mujer, el tratamiento debería estar enfocado de manera global, incluyendo el trabajo postural y respiratorio, así como el ejercicio específico para el complejo abdominopélvico, integrando ejercicios de abdomen y suelo pélvico. De esta manera, los resultados serán más óptimos que si sólo trabajamos de manera aislada el suelo pélvico, por ejemplo, haciendo ejercicios de Kegel.