"Al aplicar diversas técnicas de fisioterapia entre los tratamientos postquirúrgicos conseguimos reducir efectos secundarios, como pueden ser el dolor y la inflamación, acelerando el proceso de recuperación y haciendo que este le permita al paciente volver a sus actividades diarias de una forma cómoda y segura."
Raquel Quintana es diplomada en fisioterapia por la Universidad Francisco de Vitoria, y forma parte de la Unidad de Fisioterapia Postoperatoria de la Clínica Granado Tiagonce, centro especializado en cirugía plástica y reparadora, fundado en 1998, ubicado en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Expertos en cirugía corporal, cirugía facial, cirugía de mama y estética oncológica.
En estos últimos años, se ha introducido la fisioterapia en el ámbito médico - estético, gracias a los beneficios que consiguen los pacientes que son tratados por un fisioterapeuta, tras una cirugía plástica.
Después de una intervención quirúrgica, es muy común que los pacientes sufran determinados efectos secundarios como puede ser el dolor y la inflamación en la zona afectada ya que los diferentes tejidos han experimentado una gran trasformación. Al aplicar diversas técnicas de fisioterapia entre los tratamientos postquirúrgicos conseguimos reducir estos efectos secundarios, acelerando el proceso de recuperación y haciendo que este le permita al paciente volver a sus actividades diarias de una forma cómoda y segura.
La fisioterapia cuenta con numerosas técnicas postquirúrgicas, pero las más destacadas y beneficiosas en este tipo de cirugía son:
Drenaje linfático manual (DLM): con esta técnica se reduce la inflamación postoperatoria y se acelera la recuperación, favoreciendo la reabsorción de los acúmulos de sustancias en el tejido afectado.
Tratamiento de la cicatriz: movilización y técnicas de estiramiento para evitar que la cicatriz de adhiera a las capas de tejidos inferiores.
Contracturas musculares: técnicas de estiramiento, vendajes neuromusculares y masoterapia para favorecer el proceso postoperatorio.
El drenaje linfático manual es una de las técnicas más destacadas dentro de la fisioterapia. Se caracteriza por realizarse a través de manipulaciones suaves, lentas y superficiales que consiguen facilitar la circulación de la linfa (a diferencia de lo que entendemos hoy día por un masaje convencional, ya que este suele ser profundo y enérgico).
Los efectos de esta técnica son numerosos: estimula la circulación linfática, absorbe edemas, favorece la regeneración de tejidos, desintoxicación, acelera la cicatrización.
Las principales características que hay que tener en cuenta a la hora de realizar esta técnica de masoterapia son: el paciente no debe sentir dolor durante el tratamiento, no se realizan fricciones profundas ni amasamientos, el ritmo es pausado ya que hay que adaptarse al ritmo de la propia contracción del sistema linfático. Es importante seguir un protocolo en este tratamiento, ya que, aunque la zona a tratar de cada paciente sea diferente, la dirección de la técnica no varía siendo está ascendente y proximal - distal:
Es muy importante que se dedique el tiempo suficiente a la aplicación de esta técnica para conseguir los resultados deseados.
Como hemos explicado anteriormente, el tratamiento fisioterápico postquirúrgico es fundamental para conseguir reducir la apariencia física de las cicatrices.
Se basa en la aplicación de técnicas manuales como pueden ser el pinzado rodado, fricciones, el amasamiento o el estiramiento para conseguir aumentar la vascularización local de la zona y la elasticidad del tejido evitando así que la cicatriz se adhiera a capas más profundas de la piel. Es importante, sobre todo en un primer momento, prestar atención a la fuerza ejercida ya que, si aún no está completamente consolidada la sutura, se puede correr el riesgo de volver a despegarla, lo que supondría un retraso en la recuperación del paciente.
El vendaje neuromuscular o kinesiotape es utilizado en diferentes patologías ya que según su forma de colocación se podrán conseguir unos efectos u otros. A diferencia de los vendajes funcionales, la ventaja de este tipo es que permite una movilidad completa de la zona afectado por lo que el paciente no quedará inmovilizado.
El vendaje neuromuscular permite su aplicación mediante diversas técnicas como son: muscular, corrección articular, drenaje (hematomas, edemas…), cicatrices, corrección fascial etc.
Tras una intervención quirúrgica, empleamos primeramente técnicas de drenaje linfático ya que lo que se pretende conseguir en un primer momento es reducir toda la inflamación, pues bien, el vendaje neuromuscular ofrece la posibilidad de conseguir mediante una específica aplicación drenar la zona corporal afectada. Normalmente, se ponen al finalizar la sesión de tratamiento para que el paciente pueda dejárselo sobre la piel unos días para conseguir aumentar los beneficios.
También existe otro tipo de aplicaciones, una vez que la inflamación se haya reducido y en este caso lo que interesa sea tratar posibles contracturas o movilizar la zona afecta. Al igual que la técnica anterior, tras su aplicación el paciente podrá permanecer con el vendaje varios días.