Feriv forma parte de los preparados de hierro y tiene una aplicación intravenosa, por lo que se recomienda su utilización siempre en situaciones deficitarias de hierro, que hayan sido determinadas por las pruebas adecuadas, como la ferritina sérica y cuando:
En ningún caso debe utilizarse Feriv, durante el primer trimestre del embarazo, si se tiene alergia a su principio activo, en caso de eczema, asma o alergia atópica, con enfermedades del hígado, en situación de infección crónica o aguda, con otro tipo de anemia.
Al suministrarse de forma inyectable, puede provocar una reacción alérgica, que si es leve, se tratará con antihistamínicos, pero que si es grave, se tratará con adrenalina.
Es necesario consultar con el especialista, si se está tomando otro medicamento, ya que por ejemplo es incompatible con un preparado de hierro oral. Asimismo, el especialista es el que determinará la dosis de Feriv a utilizar en cada caso.
En cuanto a los efectos adversos, los mismos suelen ser poco frecuentes o raros, los que son frecuentes y por tanto afectan entre una y diez de cada cien personas, son los cambios en el gusto, sobretodo el sabor metálico.