No tiene
Dos veces mi hija de dos años enfermó con fiebre de 40 grados y no quiso atenderla porque no era paciente suya cuando acudí al centro de salud. Una de estas ocasiones no tenía nada que hacer en su consulta y tuve que esperar dos horas a que llegara su pediatra. La otra vez tuve que llevar a mi hija lloviendo en invierno al hospital en autobús a pesar de rogarle que eran las 8 de la mañana y llevaba toda la noche así. Se negó.
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