"El pie diabético es un problema que se ha de tener bajo vigilancia. Las personas que padecen de diabetes del adulto, han de someter los pies a cuidados exhaustivos : lavado de los pies diario con jabones neutros, buen secado de todo el pie incluido los espacios entre dedos, una buena hidratación diaria, y una buena inspección diaria de todo el pie incluida la zona plantar."
Rosa María Prat Albalate es diplomada en podología y enfermería, y cuenta con un grado en pie diabético. Posee una amplia experiencia en el cuidado de la salud de los pies en diferentes ámbitos como el tratamiento del pie diabético, podología para niños, adultos y mayores, podología deportiva, análisis de la pisada, papilomas o verrugas, entre otros.
Si os soy sincera, empecé estudiando enfermería. Incluso me dediqué a ello durante unos años. Pero luego me planteé realizar un máster. Como me encantaba quirófano, evalué dedicarme a estudiar para ser instrumentista de quirófano, pero me tropecé con un podólogo, que luego se convirtió en un gran amigo. Me interesó tanto que decidí estudiarlo. De eso ya hace 29 años, y sigo apasionada con mi profesión
Aún no existe una conciencia de cuidado de los pies como existe con la dentadura. Y la verdad, es la parte que soporta todo nuestro cuerpo. Así que realmente vienen con los pies muy maltratados. Por ello, las consultas más habituales son los helomas (también llamados "ojos de pollo") y las uñas encarnadas. Aunque no me puedo olvidar de las consultas por verrugas, que también son muy numerosas
En el caso del adulto mayor, el pie diabético es un problema, que aunque no es grave, se ha de tener bajo vigilancia. Las personas que padecen de diabetes del adulto, han de someter los pies a cuidados exhaustivos: lavado de los pies diario con jabones neutros, buen secado de todo el pie incluido los espacios entre dedos, una buena hidratación diaria, y una buena inspección diaria de todo el pie incluida la zona plantar. El por qué es muy sencillo: evitar en la medida de lo posible lesiones que pasen desapercibidas , y que éstas degeneren, con el consecuente riesgo de úlceras e incluso, en estados más avanzados, gangrenas. El por qué sucede esto, se debe a una peculiaridad del pie diabético, y es que si no mantienen un nivel de azúcar en sangre controlado, pueden padecer problemas circulatorios además de perder sensibilidad en las extremidades inferiores
El tratamiento en sí lo ha de instaurar el médico. Los podólogos, lo único que podemos hacer es realizar controles para ver que realmente el paciente es consciente de su cuidado, a la vez que realizar controles de calidad de los pulsos, circulación, sensibilidad, temperatura y coloración. También realizar cortados de uñas de manera habitual (ya que no es aconsejable que lo realice el paciente por el riesgo de realizarse heridas) y de las durezas (para evitar que degeneren en heridas, úlceras o infecciones)
Como ya he dicho, la prevención pasa por los controles y visitas al podólogo
No antes de los 3 años de edad, porque la forma de caminar aún no está del todo madurada. A partir de entonces, ya podemos evaluar los posibles defectos del andar.
En cuanto a las posibles deformaciones de los dedos, mi consejo es acudir lo antes posible, para evitar males irreversibles. He tratado bebes con 6 meses de edad con dedos montados, con gran éxito.
Para ello, lo primero y fundamental es realizar un estudio de la pisada. Ello nos da una orientación sobre lo que queremos y/o podemos corregir con las plantillas. Luego, hemos de tomar las medidas y molde de los pies. Y sobre ellos trabajamos y adaptamos los materiales que creemos necesarios para la patología que pueda afectar al paciente.