"Los zapatos de tacón no solo pueden provocar patologías como metatarsalgia, neuroma de Morton o hallux valgus (juanetes) sino que también afectan a las rodillas, la cadera y la espalda... Un zapato muy plano, puede provocar fascitis plantar, dolor en la zona lumbar o tendinitis en tendón de aquíles, entre otros."
Paula Gómez Auquer es podóloga graduada por la Universitat de Barcelona. Cuenta con un máster en podología pediátrica realizado también en la Universitat de Barcelona, y es experta en podología clínica integrada. Co-fundadora y podóloga en Caminem Clínica Podològica, ubicada en Sant Cugat del Vallés.
Tenía muy claro que quería dedicarme a la salud, siempre ha sido algo vocacional. La podología entró en mi vida por casualidad, decidí empezar la carrera sin saber muy bien lo que me encontraría, pero…¡sorpresa! me apasionó lo que descubrí. Es una profesión muy agradecida, los pacientes se van siempre contentos desde la primera visita, y eso siempre es el objetivo de un profesional sanitario.
Cuando acabé tenía claro que quería aprender mucho más, así que me decidí por empezar el máster de podología pediátrica. Esta especialidad es preciosa, estoy muy feliz de poder tratar a niños. Siento que estoy aportando mi granito de arena a su crecimiento y a su salud.
La mayoría de deformidades y patologías en los pies aparecen por culpa del calzado. Por ejemplo, los zapatos de tacón no solo pueden provocar patologías como metatarsalgia, neuroma de morton o hallux valgus(juanetes) sino que también afectan a las rodillas, la cadera y la espalda, debido a que alteran la postura. Asimismo, un zapato muy plano, puede provocar fascitis plantar, dolor en la zona lumbar o tendinitis en tendón de aquíles, entre otros.
Además, en cada etapa de la vida se debe tener en cuenta el calzado. Los niños antes de que empiecen a andar no es recomendable que usen calzado, a través del pie reciben estímulos necesarios para su maduración nerviosa. Los adultos debemos usar calzado específico en función de la actividad que se realiza. Si se practica deporte debe ser específico para esa disciplina deportiva. Y por último, de mayores debemos usar un calzado que nos aporte mayor estabilidad y se adapte a la forma de nuestros pies.
Primero de todo debemos realizar un buen estudio de la pisada, teniendo en cuenta la edad del paciente, y detectar si ese pie es estructurado o es flexible. A medida que crecemos, el pie y la extremidad inferior va sufriendo unos cambios que se deben controlar, hay una serie de “ítems” que se deben cumplir.
Si vemos que ese pie necesitará ayuda para desarrollarse correctamente y es sintomático, nos planteamos el tratamiento. Las plantillas suelen ser el tratamiento de elección, sirven para sujetar ese arco plantar caído y compensar movimientos excesivos. Podemos reconducir un poco el crecimiento correcto del pie y evitar sintomatología como dolor, caídas frecuentes, cansancio, dolores de crecimiento, etc.
Al practicar deporte, el impacto a nivel articular es mucho mayor y hay mayor probabilidad de lesión. Es importante realizar, al menos, una revisión al año para valorar grados de movilidad de las articulaciones y comprobar que la musculatura funciona correctamente. Se debe tener muy en cuenta la postura, la forma de caminar y la distribución de presiones en cada pie. También la técnica (en caso de corredores) o la posición del jugador en el campo (en deportes de equipo) influirá en el tipo de lesión.
Nos vienen muchos deportistas con síndrome del piramidal, tendinitis aquílea, dolor rotuliano o lumbalgias, ¡por no hablar de la famosa fascitis plantar!. Todo generado por una pisada incorrecta.
Se pueden evitar muchas lesiones con una plantilla que ayude a compensar los movimientos incorrectos del pie. Recordemos que el pie no es una entidad separada del cuerpo, la pisada repercute en todo el esqueleto.
También existen lesiones en la piel después de correr maratones o hacer senderismo. Son frecuentes las distrofias en las uñas, las ampollas y los hematomas. Recomendamos siempre el
uso de vaselina y doble calcetín para evitar al máximo las rozaduras.