La fisura palatina es un defecto de nacimiento en el que se presenta una apertura en el paladar, quedando conectados directamente la boca y la nariz. Esta apertura puede extenderse desde el paladar duro al paladar blando. Si no se corrige este problema, puede provocar diversos trastornos.
Consecuencias de la fisura palatina
- Trastornos del habla.
- Dificultad de alimentación.
- Problema en la aparicion de los dientes.
- Irregularidades en el desarrollo del maxilar.
Cuidados de los bebés con fisura palatina
Los bebés con fisura palatina no suelen manifestar problemas para alimentarse, pero en ocasiones, el paladar abierto hace que la succión sera más difícil y que pueda salir el líquido por la nariz. Para evitarlo, se aconseja dar el biberón más lentamente de lo normal, y que el bebés se mantenga algo incorporado.
Existen biberones con tetinas especiales para niños con fisura palatina, pero normalmente no son necesarios. Será, mucho más fácil si se consigue que se adapten a tetinas normales.
En los niños con fisura palatina, las otitis son algo más frecuentes, aunque se trat a de una patología habitual también en los niños no fisurados.
Trtamiento de la fisura palatina
Dependiendo del desarrollo de la musculatura del velo, es posible realizar una intervención para cerrar el paladar, a partir de los 12 meses de edad.
Según el tipo de fisura, se cierra el paladar en 1 o en 2 tiempos. Cuando la encía no está partida (fisura incompleta), se cierra el paladar blando y duro en una única intervención.
Al cerrar el paladar blando es importante también alargarlo, ya que con un paladar cerrado per corto, es imposible poder hablar. Se debe hacer una reconstrucción de la musculatura dle paladar, para que el velo pueda moverse adecuadamente.
En los casos en los que la encía está partida, se interviene el paladar blando a partir de los 12 meses, mientras que el cierre del paladar duro se pospone hasta que el niño alcance los 4 años de edad, una vez que hayan erupcionado todos los dientes temporales.
El defecto en el hueso a nivel de la encía se rellena mediante un injerto óseo, que se extrae de la meseta tibial o de la cresta ilíaca del paciente. A esta intervención de le conoce como osteoplastía secundaria, y está indicada a los niños entre 8 y 10 años, una vez equilibrados ortodoncicamente los fragmentos maxilares,antes de que aparezca el canino definitivo.
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