Determinar cuántas semanas de embarazo se lleva es importante no solo para calcular la fecha aproximada del parto, sino también para hacer un mejor seguimiento del desarrollo del feto. A continuación vamos a dar algunas claves básicas para poder hacerlo, bien de forma fácil y directa o recurriendo a técnicas médicas que permiten hacerlo de forma precisa.
Partamos de unos datos generales que son bien conocidos. No es algo nuevo afirmar que el embarazo, por lo general, dura 9 meses, pero probablemente no habías reparado en que su duración aproximada es de 280 días, es decir, de 40 semanas, calculadas desde el primer día de la última regla.
Es decir, un aspecto básico a tener en cuenta para saber cómo calcular las semanas de embarazo es no hacer el conteo desde el último día, sino desde su inicio. Por otra parte, antes de quedar embarazada, idealmente, sobre todo si se tienen periodos regulares, deberemos conocer el primer día de cada menstruación para así poder hacer el cálculo más aproximado.
¿Pero, por qué no calcularlo desde la misma fertilización? Este conteo sería aún más exacto. Sin embargo, esta fecha suele desconocerse, por lo que los médicos suelen calcular las semanas de gestación. Como hemos apuntado, las semanas se empiezan a contar desde el primer día de la última menstruación, pues la ovulación es complicada de conocer de forma exacta.
En efecto, a la hora de calcular las semanas de embarazo es importante tener en cuenta que no son sinónimos los conceptos de semanas de embarazo que de gestación. Para entenderlo fácilmente, diremos primero que para controlar el progreso del embarazo podemos centrarnos en calcular semanas de embarazo o bien las semanas de amenorrea, es decir, el tiempo transcurrido desde que cesa la menstruación. Concretamente, desde el día de inicio del último periodo.
¿Pero, es mucha la diferencia entre ambos métodos? En cuanto a los resultados del conteo, ésta puede variar alrededor de dos semanas, con lo que, en relación al cálculo de la fecha del parto aproximada, sí resulta importante la diferencia. Esto es así porque, según el concepto de semanas de embarazo, el embarazo de 9 meses de promedio, equivaldrá a 40 semanas de embarazo, pero a 38 de desarrollo fetal o semanas de gestación.
Es decir, las semanas de gestación no van a coincidir con el conteo de las de embarazo, habiendo una diferencia de alrededor de dos semanas en el recuento. Un desfase que dependerá de cuánto dura el ciclo menstrual, siendo menor si es inferior a los 28 días y mayor si lo supera. Por lo tanto, un embarazo de ocho semanas o dos meses le suele corresponder un embrión de seis semanas, es decir, de mes y medio.
De tener dudas o querer confirmar nuestros cálculos, si buscamos fiabilidad, recurrir a las ecografías de datación es una buena alternativa. Esta es una opción adecuada, especialmente, cuando las reglas y las ovulaciones no son regulares.
Se realizan entre la semana 11 y 13 de gestación y es a través de la medición del embrión como se pueden estimar las semanas de embarazo. En otras palabras, esta prueba permite obtener una estimación precisa de la edad del bebé, calculada a partir de la evolución del feto observada. De este modo, su nivel de desarrollo nos indicará de forma muy fiable la semana del embarazo en la que la futura madre se encuentra.
Por último, tengamos en cuenta que la fecha del parto se calcula sumando a la fecha de la última regla nueve meses más una semana. Sin olvidar, por otra parte, que el adelanto del parto 15 días o un retraso de alrededor de una semana se considera normal. Si el nacimiento se produce o induce antes de la semana 37, será un parto prematuro.
Introduce la fecha del primer día de tu última menstruación
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