El ácido fólico o vitamina B9 es un folato que constituye una vitamina fundamental para el crecimiento de los tejidos fetales durante el embarazo. De forma general, asimismo, podemos definirlo como un nutriente que ayuda a las células tanto a formarse como a su mantenimiento.
En concreto, este nutriente esencial tiene un importante papel en la prevención de anomalías congénitas y, en fin, en el buen desarrollo del embarazo. A continuación, veremos por qué es clave que el organismo de una mujer embarazada no presente carencias al respecto, así como la dosis recomendada y otros prácticos que puedan ser de interés.
Por qué es importante el ácido fólico en el embarazo
Como hemos apuntado, el papel del ácido fólico en la prevención de anomalías congénitas lo convierte en necesario para ayudar a evitar anomalías del tubo neural, muy raros, pero posibles.
Es decir, problemas de espina bífida en el embrión, además de anomalías en el tracto urinario, en las extremidades o hendiduras orofaciales (paladar hendido, labio leporino, etc.) y también la enfermedad cardíaca congénita.
Su ingesta a través de complementos o con una alimentación rica en este nutriente se reducen las probabilidades de sufrir espina bífida, una malformación congénita grave que se produce cuando no se cierra correctamente el tubo neural, que rodea el sistema nervioso. Igualmente, puede sufrir anencefalia, un defecto de nacimiento grave cuyas causas exactas se desconocen.
Por otra parte, la futura madre puede tener un mayor riesgo de que el feto desarrolle defectos del tubo neural en determinados casos que debe analizar el especialista, como antecedentes familiares, padecer diabetes dependiente de insulina u obesidad, así como ser alcohólica o ser adicta a otras drogas.
Ácido folico en embarazo: dosis
De cara a comenzar a tomarlo, se recomienda hacerlo antes de la misma concepción. Para entender por qué es importante hacerlo desde al menos tres meses antes del embarazo, tengamos en cuenta que, por ejemplo, el tubo neuronal se desarrolla durante las primeras semanas de embarazo.
Debe continuarse durante todo el embarazo y también después del parto, idealmente durante toda la lactancia, siempre en función de lo aconsejado por el médico. Aun así, es durante el embarazo cuando más ácido fólico se necesita. Sobre todo, durante las primeras semanas, momentos en los que se forma el cuerpo del futuro bebé.
La dosis de ácido fólico más común para el embarazo es de 0,4 milígramos diarios (400 microgramos), aumentándose cuando el médico lo estima conveniente. Además de las condiciones médicas apuntadas anteriormente, hay que sumar otras circunstancias, como haber tenido uno o más niños con algún defecto atribuible a su carencia, aumentando la dosis.
El hecho de que las dosis recomendables de ácido fólico para el embarazo varíen de forma importante dependiendo de las necesidades de cada paciente, es clave consultar a un profesional de la salud, pues la dosis puede variar entre 0.4-1 mg y 5 mg.
¿Hay riesgo de sobredosis de ácido fólico durante el embarazo?
El exceso de ácido fólico se eliminará a través del tracto urinario. En general, cuando se toma un multivitamínico diario que contenga ácido fólico, combinado con una dieta balanceada, no se consume demasiado ácido fólico.
Puesto que la dieta puede no proporcionar el suficiente ácido fólico antes y durante el embarazo, se recomienda la suplementación, incluso combinada con una dieta en la que no falten los alimentos ricos en folato. Entre otros, las verduras de hoja verde, las frutas, sobre todo las cítricas, legumbres, espárragos, maíz o, por ejemplo, alimentos enriquecidos con ácido fólico. Por otra parte, tengamos en cuenta que las cocciones altas y prolongadas pueden dificultar alcanzar la dosis recomendada de ácido fólico en el embarazo.
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