Durante el embarazo la mujer recibe un gran número de consejos médicos para evitar riesgos. Entre ellos se indica cuáles son los fármacos que no deben tomar.
La indicación general es que si hay dolor o trastorno leve, es mejor elegir el paracetamol antes que un antiiflamatorio, ya que es más seguro para el embarazo.
Recientemente un equipo de investigadores canadienses han analizado si los antiiflamatorios aumentan el riesgo de aborto dursnte el primer trimestre del embarazo.
Riesgo de aborto por toma de antiinflamatorios
Es un tema muy controvertido en la comunidad médica, ya que no hay una respuesta definitiva. Algunos estudios no hayan relación entre el consumo de antiinflamatorios no esteroideos durante las primeras 12 semanas de embarazo y el aumento del riesgo de aborto, mientras que estudios realizados por científicos de la Universidad de Montreal en el año 2011, apuntan que tomar estos farmacos aproximadamente 15 días antes de concebir y durante las primeras 20 semanas de gestación, está relacionado con un aumento del riesgo de sufrir un aborto involuntario.
Durante el primer y segundo trimestre de embarazo, los antiinflamatorios son medicamentos de tipo B (según la clasificación de riesgos farmacológicos de la FDA), es decir, que se ha demostrado que no tienen efectos perjudiciales en los animales, pero que no se ha probado en humanos.
Por esta razón, sólo si son necesarios se pueden tomar. Sin embargo, a partir de la semana 30 de gestación pasan a considerarse de categoría D, es decir, que pueden tener efectos perjudiciaes.
Según indican los especialistas, a partir de las 30 semanas el riesgo de que se reduzca la cantidad de líquido amniótico y produzca el cierre precoz del ductus arterioso aumenta, incrementando también las probabilidades de hipertensión pulmonar en el bebé.
Los últimos estudios indican que incluso pueden provocar daños hepáticos y renales en el feto.
Recomendación general
Se indica a las mujeres embarazadas de manera general, que en las primeras 12 semanas de embarazo se tome la mínima cantidad de medicamentos posible. Siempre que sea necesario, lo que más se indica por parte del ginecólogo es el paracetamol, que está catalogado como categoría A (comprobado en humanos, en este caso en embarazadas), y que tiene una altísima seguridad.
Indometacina e interrupción del embarazo
Los investigadores canadienses indican que durante el estudio realizado ajustaron los resultados con otros factores de riesgo de aborto espontáneo, tales como la edad de la mujer, la obesidad, el hipotiroidismo, fecundación in vitro, consumo de tabaco o alcohol, etc. Concluyendo que no hay ninguna asociación entre los antiinflamatorios más frecuentes y aborto espontáneo.
Sin embargo, sí observaron una significativa asociación entre el consumo de indometacina (otro tipo de antiinflamatorio no esteroideo) y el aborto involuntario.
En la ginecología, tiempo atrás se ha utilizado la indometacina para frenar las contracciones en el tercer trimestre del embarazo. Sin embargo, al haber observado posibles efectos adversos, además de un aumento del riesgo de hemorragia durante el parto, se ha dejado de utilizar en general en las embarazadas, sustituyendo este medicamento por otras opciones más seguras.
En definitiva durante el embarazo es conveniente evitar el consumo de medicamentos siempre que sea posible, y cuando la embarazada presente dolor o algún trastorno leve, tomar paracetamol, ya que es más seguro durante la gestación.
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