En mi experiencia no existen aspectos positivos a reseñar.
No recomendable
Comencé la terapia en un momento de gran vulnerabilidad y sufrimiento, delgada por estrés y supervivencia emocional. Con el tiempo, cuando mi cuerpo cambió por descompensación y desgaste, esta psicóloga me hizo comentarios crueles sobre mi apariencia y alimentación, como “gorda estás fea” o “pareces mayor”, haciéndome sentir culpable y juzgada.
Un espacio terapéutico debería ser seguro y empático, no dañino. Si buscas apoyo profesional respetuoso, busca otra opción.