Algo mejoré con el Dr. Beca, pero ni la centésima parte de lo que habría podido hacerlo en manos de otro psicoanalista mejor. Me gusta Freud y estoy convencido de que la mayor parte de su teoría es cierta y válida. Descubrir sus obras y leerlas yo por mi cuenta fue lo que verdaderamente me sirvió de ayuda, y no las prestaciones de un "intermediario" tan odioso como el Dr. Beca. Mi relativa curación, numerosos años después, no fue gracias a él, sino más bien a pesar de él o en contra de él.
Conmigo, el Dr. Beca fue arrogante, despótico, sarcástico, despectivo, rígido, prepotente, dogmático, presuntuoso, engreído y muy pagado de sí mismo. No me dio explicaciones imprescindibles que me habrían ayudado mucho a avanzar en mi curación; y me hacía objeto de tantas "humoradas" hirientes y reproches insultantes, que hubo bastantes cosas que yo nunca me animaba a comentarle por miedo a resultar aún más lastimado de lo que ya lo estaba. En muchas, muchas ocasiones me hizo mucho, mucho daño.
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