La bronquitis es una patología o enfermedad carcterizada porque los bronquios o vías aéreas que conducen el aire de la tráquea a los pulmones se inflaman, dificultando la entrada y salida de aire, y por tanto la respiración, provocando tos y expulsión de flema. Si la tos persiste en el tiempo, estaríamos ante una bronquitis crónica, si los síntomas duran un breve espacio de tiempo, estamos ante una bronquitis aguda.
La bronquitis suele suceder a un resfriado o seudogripe que no se ha curado bien. Puede estar causada por una bacteria o por un virus. Afectará a los senos paranasales, nariz y garganta en un primer momento, para luego pasar a las vías respiratorias. Cuando se prolonga en el tiempo, y la tos se cronifica, durante unos tres meses y con presencia diaria, se podría hablar de bronquitis crónica.
La bronquitis suele presentar una serie de síntomas comunes:
La diferencia entre la bronquitis y la neumonía es que la segunda presenta fiebre más alta, unida a escalofríos y más problemas para respirar, entre otros.
Diferenciaremos el tratamiento según se trate de una bronquitis aguda o una crónica. La bronquitis aguda desaparecerá al cabo de unos días, sin necesidad de antibióticos, aunque se recomienda ingerir bastante líquido, usar inhalador si se padece asma, descansar, etc
En la bronquitis crónica, el alergólogo buscará la reducción de la irritación de los tubos bronquiales, para lo que recetará antibióticos y medicamentos broncodilatadores, cuyo cometido es la apertura de las vías aéreas de los pulmones.