La disfonía es una de las alteraciones de la voz, caracterizada porque se pierde su timbre normal, debido a un trastorno orgánico o funcional de la laringe. Coloquialmente se la conoce como "ronquera" y si se pierde totalmente la voz, estaríamos ante la afonía. La misma se produce como resultado de una hiperfuncionalidad vocal, que a su vez origina edemas o pólipos y nódulos en las cuerdas vocales. Si la disfonía se prolonga más de 15 días, será necesario recurrir al especialista, en este caso al otorrinolaringólogo, para descartar que existan tumores en las cuerdas vocales, aspecto más probable en personas fumadoras.
Las causas de la disfonía variarán según aparezcan en la edad infantil o en personas adultas:
Disfonía infantil: Se puede deber a una malformación congénita, si se detecta desde el nacimiento. Más adelante, pueden surgir papilomas laríngeos, con consecuencia de alguna infección vírica. En niños que hablan, el forzar las cuerdas vocales, puede dar lugar a alteraciones de la voz.
Disfonía en adultos: La hiperfunción vocal es la responsable en la mayoría de las disfunciones en adultos, el origen en este caso es funcional; también se puede producir una disfonía espástica, con espasmos y voz entrecortada, que puede darse en personas con Parkinson, entre otras. Existen también disfonías orgánicas, que pueden surgir por tumores, nódulos o pólipos en las cuerdas vocales.
Diferenciamos entre síntomas fonatorios, o en la emisión de la voz y sonidos y no fonatorios
Síntomas fonatorios: Voz monótona, ronquera, posible afonía, voz temblorosa, se pierden los agudos, parece que falta aire, etc.
Síntomas no fonatorios: Picazón de la garganta, tos, recurrencia al carraspeo para que la voz se aclare, dolor o molestia en la garganta, cuando se habla, etc.
Las personas que en su actividad profesional o cotidianiedad utilizan el recurso de la voz como instrumento de trabajo, son las que tienen más riesgo, en concreto:
El estudio y diagnóstico de las disfonías, si se trata de una lesión en las cuerdas vocales, es tarea del otorrinolaringólogo, que realizará diferentes pruebas, como la fibrolaringoscopía, para ver las cuerdas vocales en reposo o la Laringoestroboscopía, para ver cómo vibran cuando se emite la voz.
El tratamiento de la disfonía se realizará por el logopeda conjuntamente con el otorrino, que lo primero que recomendará será reposo en la utilización de la voz, y tomar algún antiinflamatorio, si deriva de una infección.
La rehabilitación foniátrica se requerirá si hay edema o nódulos en las cuerdas vocales.
Si hay pólipos en las cuerdas vocales, primero habrá que extraerlos con una intervención quirúrgica y luego proceder a la rehabilitación.
En caso de disfonía funcional, el logopeda puede recomendar directamente un programa para reeducar la voz, así como uno de higiene vocal, adaptado a los requerimientos de trabajo, social y comunicacional de cada paciente.