Distrofia de Fuchs

La pérdida de agudeza visual de forma gradual es la principal consecuencia de la distrofia de Fuchs, enfermedad ocular, que normalmente afecta a ambos ojos y se caracteriza por la progresiva muerte de las células que recubren la parte interna de la córnea.

Conocida con el nombre distrofia endotelial de Fuchs, distrofia corneal de Fuchs o simplemente distrofia de Fuchs, debe su nombre al oftalmólogo Ernst Fuchs (1851-1930), quien informó por primera vez en 1910 de 13 casos de esta enfermedad, entonces desconocida.

Ahora, poco más de un siglo después, esta enfermedad de la córnea endotelial, la capa más delicada de la misma, compuesta por una sola línea celular. Su función, por otra parte, es la de prevenir la acumulación de líquido dentro de la córnea, evitando así edemas en las otras capas, el epitelio y estroma, externa y media, respectivamente.

Causas de la disfrofia de Fuchs y en qué consiste

Una vez realizada esta breve introducción será sencillo definir la distrofia de Fuchs afirmando que se trata de una distrofia corneal de progresión lenta que se caracteriza por un mal funcionamiento del endotelio.

Es así que, si el endotelio falla en el sentido apuntado, el líquido provoca un edema en la córnea, produciendo opacidad de la córnea y una visión borrosa.

Sus causas se asocian con el factor hereditario. En concreto, si el padre o la madre padece la enfermedad, sus hijos tienen un cincuenta por ciento de probabilidades de sufrirla.

Por otra parte, la afección puede ocurrir en personas sin antecedentes familiares conocidos y es más común en mujeres que en hombres. Aunque pueden influir aspectos relacionados con la genética, hormonales o las inflamaciones, la medicina todavía no ha identificado su causa exacta.

Distrofia de Fuchs: Sus principales síntomas

Los signos de la enfermedad suelen plasmarse en la opacidad de la córnea así como en problemas de visión que restan agudeza visual. En las primeras fases, la visión borrosa es más acusada al despertar, aclarándose luego a lo largo del día, puesto que el agua se va evaporando.

Con el paso del tiempo la enfermedad se agravará y la evaporación mecánica (tratado en el siguiente epígrafe) o natural no será suficiente para mejorar la vista. Por lo tanto, la visión borrosa será una constante de la mañana a la noche.

Si además, como ocurre en algunas ocasiones, el epitelio acumula agua el paciente sentirá un dolor que puede llegar a ser extremo y serios problemas de visión.

Normalmente aparecen a una edad madura, entre los 50 y 60 años, si bien también hay casos en edades más tempranas. Otros síntomas pueden ser sensibilidad a la luz, sensación de tener arenilla en los ojos y dolor.

Los síntomas se detectan en la consulta oftalmológica tanto mediante las preguntas al paciente como examinando la córnea con un dispositivo óptico que denominado lámpara de hendidura. Su uso permite la exploración de las células endoteliales y, en general, de las estructuras de la parte anterior del ojo.

Conforme la enfermedad va avanzando el recuento de las células va siendo cada vez más dificultoso, un claro signo de que la opacidad de la córnea está avanzando y, con ella, la distrofia corneal que ocasiona la enfermedad que nos ocupa.

Tratamientos de la distrofia de Fusch y cura

Los tratamientos farmacológicos de la distrofia de Fusch son una primera opción para tratar los síntomas en sus primeras fases. El tratamiento médico engloba una serie de opciones, como la solución salina hipertónica tópica para extraer agua de la córnea y lentes de contactos terapéuticos.

El flujo de aire cálido también ayuda, para lo cual debe repetirse dos o tres veces al día el siguiente tratamiento: sostener un secador de pelo con el brazo extendido dejando que el aire seque los ojos para así disminuir el edema y mejorar la visión.

Son soluciones eficaces solo en los primeros estadios de la enfermedad. Después, la visión de deteriora hasta el punto de no poder llevar una vida normal, lo cual significa que ha llegado el momento de valorar la conveniencia de pasar por una cirugía ocular para lograr la cura. Cuando los pacientes también han desarrollado cataratas la córnea podría no funcionar bien después de la cirugía, por lo que se hace necesario estudiar en detalle cada caso a la hora de tomar una decisión.

Salvo excepciones, por lo tanto, el tratamiento definitivo es el quirúrgico. En particular, la única cura para esta enfermedad es un trasplante de córnea, que puede ser según técnicas tradicionales o de vanguardia.

  • La técnica quirúrgica convencional consiste en el reemplazo de toda la córnea, por lo que también se retira el endotelio y capas sanas, con el fin de reemplazar la córnea opaca por un tejido corneal transparente.
  • Una alternativa a la intervención tradicional es el procedimiento conocido como queratoplastia laminar, menos invasiva y realizada de forma ambulatoria, con anestesia local y un posoperatorio más rápido en el que se reducen las probabilidades de rechazo.

 

Preguntas y respuestas sobre distrofia de fuchs

Opiniones de pacientes sobre distrofia de fuchs

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