Eliminación de tatuajes

La eliminación de tatuajes es una inquietud cada vez mayor en las sociedades modernas, debido a que cada vez son más las personas con tatuajes, alcanzando el 24% de la población en Estados Unidos o el 9-12% en Reino Unido o Alemania. Esto hace que también aumenten las personas que buscan eliminar sus tatuajes.

Los tratamientos dermatológicos permiten la eliminación de tatuajes, aunque el reto es grande, debido a la tan amplia gama de colores existente. Los negros, rojo, morado, azul o naranja, se eliminan más fácilmente, pero el amarillo o verde son más complicados, al ser mezcla de otros pigmentos.

El tatuaje modifica el color de la piel, apareciendo en forma de dibujo, texto o figura y consiste en una gran bolsa de tinta debajo de la epidermis, en la dermis. Se realizan mediante aparatos que inyectan tinta. No se eliminan por mecanismos naturales del organismo, sino que será necesario recurrir al tratamiento láser, que los elimina casi en su totalidad. 

Lo que hace el láser es romper las partículas de tinta, haciéndolas más diminutas y eliminables por el sistema linfático. 

El tratamiento no tiene porque doler y se puede realizar con anestesia local, o sin anestesia, si el paciente no es excesivamente sensible. Tras el tratamiento se aplicará una pomada de tipo antibiótica, cubriendo la zona con una venda, que se renovará de acuerdo con las indicaciones del dermatólogo. El tratamiento puede tenerse que repetir varias veces para eliminar totalmente el tatuaje.

Las técnicas más innovadoras para la eliminación de tatuajes consisten en una solución de ácido láctico, que provoca la expulsión de las partículas de tinta, independientemente del color. También se están desarrollando nuevos tipos de tinta, para que se puedan eliminar más fácilmente.