Las prótesis de pene son unas estructuras de una sustancia biocompatible, que se introducen dentro del pene para posibilitar su rigidez y permitir relaciones sexuales satisfactorias. Hay diferentes técnicas para implantarlas, y se realiza con anestesia local o regional, durante el postoperatorio entre 12-24 horas, a excepción de que exista alguna complicación adicional. La vida sexual se podrá reiniciar de forma normal a las 3-4 semanas.
Ante un problema de disfunción eréctil, antes de implantar una prótesis de pene, habrá que descartar otras soluciones médicas, no quirúrgicas, pero en más del 10% de los casos, será la única solución. En el caso de una operación de próstata es frecuente que se de una disfunción eréctil, siendo el paciente resistente a los tratamientos farmacológicos, por lo que se puede recurrir a las prótesis de pene.
Existe una gran variedad de prótesis de pene, que se podrían englobar en las prótesis maleables, que hacen que el pene esté siempre erecto, al colocarse un tubo rígido y flexible; el paciente colocará el pene hacia abajo o hacia arriba, dependiente del momento. El otro grupo es el de las prótesis hidráulicas, que consisten en cilindros que se llenan de líquido, cuando el paciente los activa, consiguiendo la erección.