Ricardo HITT, mi adorado hermano, nos ha dejado... Familia, amigos y pacientes vamos a llorar cada uno a su modo, semejante pérdida... Su familia lo está llorando... Pero este espacio sólo me permite ahondar en esta reflexión: La medicina pierde uno de sus cerebros más ricos en el tratamiento y cura del cáncer y se priva a perpetuidad de alguien que posiblemente pudo haber seguido curando gente, creando métodos innovadores. Murió sin más riqueza que su amor a sus pacientes y a la medicina....
Nada en el Dr. HITT se puede mejorar... debiera servir de ejemplo a muchos que no pudieron contener sus celos profesionales y que los haga reflexionar que el dinero no es todo en la vida... Lucho como Don Quijote en un mundo que no lo comprendió... Curar no es un negocio para un médico, es una obligación y él lo ejecutó durante sus más de 35 años de médico y oncólogo. El amor de hermano no me enceguece ni me hace perder la visión objetiva... Murió creyendo en sus utopías
Jorge Karim no ha participado en ninguna pregunta