Su falta total de empatía hacia el paciente, perder la razón con las formas, desmotivar totalmente a una familia que ya de sobra sabía que no había esperanza.
Le recomendaría encarecidamente una cura de humildad y empatía hacia el ser humano en general, que aprenda, que nunca es tarde, a no hacer maleficencia a un paciente oncológico .