Nada.
Una vergüenza de profesional. Está en la consulta para vender su propio producto, que ni siquiera es un medicamento, sino un suplemento alimenticio. Atendió el teléfono a su hija y estuvo más tiempo hablando con ella que atendiéndome a mí. Ni exploración clínica, ni entrevista, y casualmente el diagnóstico era el indicado para mandarme las pastillas que él mismo ha formulado. Mejor acudir a un ingeniero de minas que a este “médico”.
Puntualidad | |
Atención al paciente | |
Acierto del diagnóstico | |
Acierto del tratamiento | |
Precio | |
Lista de espera |