Cristina

Dicen que es buen neurólogo y que sabe mucho. Puede ser que sea así. Como paciente de él, tras 3 años yendo a su consulta, no puedo afirmarlo. Prescribe pruebas necesarias y específicas, pero con bastante demora una entre la otra, por lo que el proceso de un posible diagnóstico va a ser muy largo. En mi caso ha quedado abierto, a pesar de un notable empeoramiento de mis síntomas.

Su trato seco y distante, su falta de empatía y su actitud ante el trabajo. Es notable que, a diferencia de otras consultas de la misma especialidad, en su consulta casi nunca hay gente esperando y que la hora de la cita se cumple. Es de entender porque la exploración física en sus consultas es inexistente; se queda sentado en la mesa. Solo en la primera cita dedica tiempo a la exploración física, en las consultas siguientes apenas mira al paciente, por lo que suelen durar muy muy poco.