En mis 67 años he vivido en 8 ciudades en 4 paises, y he tenido muchos médicos.
Ninguno de ellos llegaba ni a la rodilla de Araceli en capacidad profesional y en empatía.
Trataba a todos sus pacientes como si fuéramos sus hijos, sin diferencia alguna bajo cualquier criterio, sexo, nivel social, educación etc..
Desgraciadamente, la Comunidad de Madrid nos la ha quitado.
La lloraremos.