No me prodigaba mucho por la consulta del doctor Abraira porque gracias a Dios, no me hacía falta. Pero las veces que me trató, siempre fue una persona cercana, agradable en el trato, podría calificarle como una persona campechana. En el día de hoy acudo a la consulta contigua a la suya (que es la de la médico de mi esposa) a recoger un parte de baja, y me ha contado la noticia de su fallecimiento. Estoy todavía asimilándolo y casi no puedo creerlo. R.I.P. Andrés donde quiera que estés.