M. Jesus

Cabe decir que los médicos, las agujas y todo lo que tenga relacción siempre me han dado terror. Ingresé en Huca, mirando de frente al miedo, no temía la muerte, pero si al dolor...no sé como me dormí pero al volver, las molestias eran lógicas y soportables, incluso sin analgésicos y ya había pasado todo. Donar un riñón ha sido lo más gratificante que hice en mi vida. Y volvería hacerlo mil veces. Un orgullo contar con médicos como usted, nos lo ponen muy fácil. Mérito el suyo. Mil gracias!

Nada que mejorar, mejor es imposible.