A mi padre le derivaron a este hospital como centro de paliativos. El trato tanto en el ingreso como en el día y medio de que estuvo ingresado fue lamentable y en todo momento deshumanizado. Tenía un cáncer en fase terminal. El primer día llamamos hasta en tres ocasiones al llamador porque veíamos sufrimiento y nos deshabilitaron el llamador. La habitación tenía un cartel de silencio porque aunque estaba sedado se supone que no se le podía forzar el que despertara o abriera los ojos. Las
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