Hace casi 10 años que empecé mi terapia con Marta en un momento de gran ansiedad en mi vida. Desde la primera sesión me gustaron su empatía, su trato cariñoso y siempre amable, la escucha activa y la seriedad con la que se toma su trabajo. Siempre he notado un seguimiento personalizado de mi terapia y un interés genuino por mí. Marta jamás me ha juzgado, es comprensiva y me ha enseñado unas herramientas sencillas y eficaces para gestionar la ansiedad y los pensamientos negativos.
¡Nada que mejorar! Es un alivio y un placer hablar con ella cuando las cosas no van tan bien como me gustaría.