Santiago

Nada

Su trato y educación. Me recibió la primera y única vez que me dieron cita con él (porque el que me trataba antes se jubiló en el verano de 2025). Su brusquedad, poca educación, agresividad y aspecto desaliñado provocaron que en medio minuto me fuera para no volver más. Y no es el primer psiquiatra de los que conozco que tiene esa forma de ser tan repelente. Es como si fuera de perdonavidas. Gracias a Dios hay más psiquiatras en el mundo.

Ejerció como psiquiatra y psicólogo telefónicamente durante la época más grave de la pandemia. No es lo suyo. Tampoco tiene mucho ojo clínico, ya que me dijo que no me imaginaba haciendo deporte, cuando en realidad soy un gran deportista de toda la vida. En Youtube hay algunas muestras de ello. En otra ocasión tuve artrosis en un dedo de la mano y me dijo que eso no tenía remedio. Por mis medios recuperé la fuerza y funciones del dedo totalmente y uso las manos incluso para las labores más duras