Anabel

Gracias por salvarme la vida de ese sarcoma de hueso tan jodido. Sé que no fui buena paciente cada vez que pedía el alta pero no puedo tener más agradecimiento de tu equipo valenciano en el Peset junto con José Luis Rodrigo. No sabes lo que te aprecio aún y lo bueno que fuiste conmigo, ojalá pueda volver a verte para darte ese abrazo de oso que me dabas y en el que yo te decía: -Santi, que me ahogas con lo pequeñita que soy!-. Te adoro como siempre, tu perro verde. (Me ha costado encontrarte)

Que no se despidió de mi antes de irse a Castellón. Lloré mucho esta segunda vez con el de mama porque no te tenía a ti ni a Almenar, aunque esté ya casi superado. No tengo más quejas porque es perfecto porque sus pacientes no son un número más. Mil gracias y me quedo corta

Hace muchos años ya me operó su padre de amigdalitis y vegetaciones. Después fue él quien me operó la nariz, que me la había roto, y además me hizo una rinoplastia porque no tenía casi nariz. Con los años, y por otra enfermedad que tengo crónica y hereditaria, estuve teniendo epistaxis desde los 5 hasta los 21 años y fue quién, con mucho cuidado, me quemaba las venas que se me reventaban de la nariz y detrás de la garganta. Tengo que decir que mejores manos no pude tener

No se puede mejorar nada, tiene unas manos de oro