No se qué tiene. No sé qué hace ni cómo lo hace, pero tiene el arte y el poder de transformar el sentido de esa palabra tan gruesa (Oncología), estilizándola y dejándola fijada en el adjetivo que la acompaña (Radioterapia). Llega de inmediato, no sólo al daño del enfermo, sino al corazón de la persona. Yo misma lo he vivido. Y he llegado hasta esta página pensando que no podía ser yo la única que sintiera tanta admiración. Los milagros ¡existen! y tú Pedro Soria, eres uno.
¿Mejor? ¡Imposible!