Me está tratando cuarenta años. Su ojo clínico es excepcional. Como persona, derrocha humanidad, sencillez y tiene más paciencia que el Santo Job. Muchos como él harían falta porque es un profesional de la medicina y un caballero, con mayúsculas. Toda mi familia lo ha visitado alguna vez y gran parte de mis amigos. Ni una sola queja y ningún fallo en el diagnóstico. Muchos pacientes le llaman "San Francisco".
Puntualidad | |
Atención al paciente | |
Acierto del diagnóstico | |
Acierto del tratamiento | |
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Lista de espera |