"Es importante que la persona que esté pensando en realizarse un procedimiento estético tenga claro cuáles son sus necesidades y si estas se van a ver satisfechas con esta intervención. No se deben operar aquellos pacientes con expectativas irreales, con motivaciones insanas o emocionalmente inestables."
Rubén Álvarez García es Doctor en Medicina, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Es responsable de la Unidad de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva en el Hospital San Juan de Dios de León, y también ofrece atención en el Complejo Asistencial Universitario de León, participando en el programa de reconstrucción microquirúrgica. Además, es colaborador en la Unidad de Tumores Musculo-Esqueléticos y con la Unidad de Patología Mamaria de este centro hospitalario.
Hace 25 años, cuando era estudiante de medicina, la cirugía plástica era una especialidad con la que prácticamente no tenías contacto en la carrera, por lo no tenía un conocimiento muy claro de la especialidad. Afortunadamente esto está cambiando y cada vez hay más facultades que incluyen la cirugía plástica en sus programas de formación.
A la hora de mi elección, fue determinante comprobar que se trataba de una especialidad quirúrgica que abarca un gran abanico de campos de actuación y con un enfoque siempre reparador sobre aquellas estructuras que se intervienen, aspecto que me parece muy positivo para el paciente. Sin embargo, lo que más me ha atraído de la especialidad es la versatilidad en la resolución de problemas, lo que permite ofrecer soluciones creativas e innovadoras que se traducen en cirugías menos mórbiles y con mejores resultados para los pacientes. Probablemente este sea el motivo por el que está entre las tres especialidades más demandadas en la elección MIR, siendo la especialidad quirúrgica que primero agota sus plazas.
Actualmente el aumento mamario no sólo es el procedimiento de cirugía estética más solicitado en nuestro país, sino que cada año su demanda se ve incrementada. Otros procedimientos como la elevación o la reducción mamaria son muy solicitados y se encuentran dentro del top ten de la cirugía estética.
El segundo lugar lo ocupan aquellos procedimientos del contorno corporal como es la liposucción, en muchas ocasiones combinadas con abdominoplastia.
El tercer puesto lo ocupa la cirugía de rejuvenecimiento de la mirada o blefaroplastia seguido de la rinoplastia. Otras cirugías con un interés cada vez mayor es la corrección de las orejas prominentes u otoplastia o la ginecomastia (mama en el varón).
El terreno de la cirugía plástica es muy amplio y abarca campos tan diversos como la cirugía de la mano, los tumores cutáneos, la cirugía del nervio periférico, quemaduras y la reconstrucción de defectos postraumáticos, oncológicos, o congénitos que requieren la movilización de tejidos para lograr una restitución anatómica y funcional. Todas estas patologías tan diversas comparten nexos comunes en su abordaje que hacen del cirujano plástico el especialista más adecuado en su tratamiento.
Mi carrera profesional se ha desarrollado en estas áreas por lo que estamos en condiciones de ofrecer soluciones integrales a una gran cantidad de patologías.
Nuestro concepto a la hora de realizar un aumento mamario es la obtención de resultados naturales, proporcionados, seguros y duraderos en el tiempo. Esto lo conseguimos mediante abordajes por el surco submamario con cicatrices muy pequeñas y la colocación de implantes microtexturizados o lisos en plano submuscular. Sin embargo, las diferencias constitucionales de cada paciente y sus deseos hacen que en ocasiones debamos realizar una mastopexia al mismo tiempo que el aumento, o bien considerar el plano subfascial en personas con una elevada demanda de actividad física.
La pandemia ha acelerado una serie de cambios que ya se estaban produciendo en la sociedad.
Unas circunstancias como las que hemos vivido han dado más importancia a la calidad de vida y muchos pacientes encuentran en los procedimientos de Cirugía Plástica ese cambio que les permite ganar seguridad en su día a día y sentirse mejor con ellos mismos.
Por otra parte, el uso de las mascarillas unido al confinamiento y la instauración del teletrabajo, ha favorecido que muchas personas se hayan realizado intervenciones, no solo faciales, sino también corporales que tenían en mente pero que no conseguían compatibilizar con sus circunstancias personales y laborales, ya que pueden seguir atendiendo sus responsabilidades desde casa durante el tiempo de convalecencia.
Cada vez las técnicas quirúrgicas son más seguras y con menor índice de complicaciones, aunque como cualquier intervención existen unos riesgos y un tiempo de recuperación variable dependiendo de cada persona, que el paciente debe comprender y aceptar. Es importante que la persona que esté pensando en realizarse un procedimiento estético tenga clara cuáles son sus necesidades y si estas se van ver satisfechas con esta intervención. No se deben operar aquellos pacientes con expectativas irreales, con motivaciones insanas (por ejemplo, para lograr más atención de otra persona) o emocionalmente inestables.
Por otra parte, las redes sociales proyectan en nosotros resultados perfectos de estas cirugías que muchas veces no son así, existiendo cierto componente de subjetividad por parte del paciente en la valoración de un buen resultado. De ahí la importancia de tener una consulta con el especialista donde se trate individualmente cada caso y reciba una información amplia del procedimiento, recuperación y resultado esperado, evitando que todo este proceso se reduzca a la entrega de un presupuesto, como muchos pacientes nos solicitan por correo electrónico.
El desarrollo de las microcirugías ha permitido dar a la especialidad un salto cualitativo. La posibilidad de realizar reparaciones nerviosas y anastomosis de arterias y venas de pequeño calibre gracias a la magnificación óptica de un microscopio ha abierto nuevos horizontes, posibilitando inicialmente la realización de reimplantes de dedos y manos, posteriormente las transferencias tisulares a partir de otras zonas del cuerpo para reparar defectos postraumáticos o de resecciones oncológicas que no se podrían resolver de otra forma.
Como evolución actualmente somos capaces de realizar transferencias funcionales que no solo dan cobertura y reparar un defecto estructural, sino que se transfieren músculos que devuelven la función a una extremidad dañada. Toda esta experiencia acumulada en microcirugía ha permitido hacer realidad los trasplantes tisulares compuestos de regiones anatómicas como la mano o la cara, traspasando barreras impensables hasta hace pocos años. Estos avances hacen de la Cirugía Plástica una especialidad con un futuro prometedor en los próximos años.