Nutrición y Dietética
10 EXCUSAS PARA NO ACUDIR A UN DIETISTA-NUTRICIONISTA
Es bastante fácil encontrar motivos para evitar la visita al Dietista-Nutricionista, he aquí las 10 excusas más comunes:
1. – Sé muy bien lo que tengo que hacer. Quiero decirlo con todo el respeto que merece cualquier persona con obesidad: es muy necesario tener la opinión y guía de un experto, pues aún sabiendo todo lo he hay que hacer para estar sano, cada vez hay mayores porcentajes de sobrepeso y obesidad en adultos y niños.
2. – No tengo problemas derivados de mi mala alimentación. Me explico, si alguien visita un fisioterapeuta por dolor lumbar, con un tratamiento X se acabará atajando o disminuyendo el problema en sí. Cuando se tienen problemas serios de peso, existen multitud de problemas secundarios que derivan de dicho exceso: hipertensión arterial, problemas cardiovasculares, diabetes, colesterol alto, triglicéridos altos, artrosis, estreñimiento, retención de líquidos, dolores de cabeza, tendencia depresiva, baja autoestima… Una mejora en hábitos alimentarios correctamente llevado por un profesional, siempre conlleva a medio-largo plazo una mejora en efectos anteriormente citados. Y a pesar de que esto es claro, es complicado asociar que el acto “comer bien” tiene un efecto “bajada de tensión arterial”. Además, dichos efectos secundarios no nos limitan nuestra vida diaria, están ahí de forma interna pero no nos merman físicamente en el día a día.
3.- Ahora mismo no estoy preparad@ para hacer dieta. Dejemos de usar esta palabra con connotaciones tan negativas, porque nos hacen tener una empatía para nada positiva con el sujeto que necesita el cambio y pensar “pobrecill@ vaya sacrificio le espera”. No es hacer dieta, se trata de cambiar todos los actos que te están alejando cada vez más de un estado de bienestar. Por supuesto si realmente quieres ganar salud, que quien por su gusto muere…
4.- Soy alérgico al ejercicio, quiero perder sin moverme, no tengo tiempo ni ganas. Podría ser otra excusa perfecta para no acudir a consulta, en este caso, si, mejor quédate en casa, no existe cambio que pueda perpetuarse en el tiempo sin asumir que el deporte es un pilar básico para erradicar el sobrepeso. Lo mejor es encontrar algo que motive, cada persona puede encontrar cierta actividad que anime a saltar del sofá.
5.- No puedo pasar sin mi cervecita. Vale, perfecto, genial. Sustituimos agua por cervecita. Haz lo mismo con tus plantas, verás el color tan curioso que toman.
7.- Me van a mandar frutas y verduras y a mí no me gustan. Lo más importante es que comas de todos los grupos de alimentos que necesitas para estar bien nutrido. La alimentación es una mezcla entre el placer que provoca el comer y los nutrientes que aporta. Si algún grupo de alimentos cojea en cantidad, uno de los puntos principales de la alimentación cojeará, provocando déficits o excesos varios. Encuentra tus frutas y verduras favoritas e intentaremos darle un toque atractivo para que el placer no esté reñido con la nutrición. Una alimentación centrada en ti es posible.
8.- Como alguna semana no pierda peso me desmotivo y no voy más. El error más grande es concentrar tus esfuerzos sólo por ver bajar unas cifras en la báscula. La mejor forma de motivarse es evaluar actos que antes eran impensables en ti y poco a poco se convierten en costumbres de tu día a día: control horario, reducción de atracones, más agilidad, deporte reiterado…
9.- Los alimentos más saludables son caros y las consultas más caras aún. Puedo asegurar que si comparamos la cantidad de alimentos superfluos e innecesarios que metemos en la cesta de la compra cuando estamos en una “anarquía alimentaria” con una cesta controlada (aunque los alimentos elegidos sean de mayor precio), no superarán en precio la cesta libertaria. Por otro lado, una consulta de nutrición mensual, tampoco supera el precio de un par de cajas de pastillas naturales a las que se asocian maravillosos efectos que después se quedan en meras ilusiones.
10.- Después de toda la semana trabajando, no voy a privarme de nada el fin de semana. Asociar la dieta a una pérdida de vida social es el punto más negativo para decidir cambiar de tipo de vida. Soy la primera a la que le encanta disfrutar de familia y amigos durante mis horas de ocio y sigo pensando que no está reñido con cuidarse y mantenerse sano. El problema es asociar el placer recibido con ciertos alimentos a tus momentos de relax, o peor aún, calmar la ansiedad con los mismos alimentos. Consumir ciertos alimentos como premio por los problemas del día a día puede resultar un capricho aparentemente inofensivo que a la larga provoque un conjunto de serias enfermedades.
Para aquellos que eliminen la pereza mental que provoca conocer un Dietista-Nutricionista, existimos por algo, y estamos aquí para ayudar.
Avanzamos juntos.
21 de enero de 2015 Comentar
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