El porqué de los fantásticos amigos imaginarios de cuando éramos niños

Añadir un comentario

Silvia Santana Silvia Santana preguntó sobre
Psicología infantil

En la etapa infantil de los dos a los seis años empezamos a dejar volar nuestra imaginación por un nuevo espacio que se abre ante nosotros. En el mundo de superhéroes, princesas y magos los niños potencian su creatividad y aprenden la expresión de sus emociones. A partir de ese conocimiento iniciático muchos niños potencian su imaginación llegando a la etapa de pensamiento mágico donde llegan a construir la figura de un amigo imaginario con el que comienzan a tener una vida lúdica paralela, hablan, juegan, discuten con él y le enseñan lo que les rodea.

La mayoría de los padres que se preocupan por este fenómeno se dan cuenta de que poco a poco el niño vuelca más su desarrollo social con compañeros reales. En la última película de Pixar, Inside Out, que nos acerca al maravilloso mundo de las emociones, la protagonista también tiene un amigo imaginario que acaba desapareciendo a medida que la protagonista madura.

Podríamos decir, por tanto, que los amigos imaginarios hacen que el niño canalice las emociones negativas como el miedo o la ira a través de esas interacciones, le enseña a empatizar ya que el niño se pone todo el rato en el lugar del otro, aprende a compartir, a adquirir seguridad al crear una lógica que sigue un criterio propio, le ayuda a no sentirse solo y a potenciar las habilidades sociales.

Los amigos imaginarios no tienen por qué parecerse al hombre invisible, la figura utilizada puede ser un peluche, una cosa, una manta o un cuaderno.

¿Cuál era el tuyo? ¡Cuéntanoslo!

14 de septiembre de 2015   Comentar

Añadir un comentario

Publicidad