Silvia Santana preguntó sobre
Terapia individual
La culpa es una de las emociones más inmovilizadoras y desagradables que podemos llegar a sentir los seres humanos y que surge como consecuencia a la sensación personal de haber traspasado las normas éticas personales haciéndonos consciente de que no hemos realizado o pensado las cosas adecuadamente.
Sin embargo al margen de esa cualidad adaptativa nos encontramos con personas que tienen la culpa como un sistema de regulación constante sintiéndose mal no solo por lo que hacen sino por la sensación de lo que podría llegar a hacer uniendo la culpabilidad a otras emociones negativas como la vergüenza. Cuando el sentimiento de culpa es muy fuerte provoca sintomatología que conlleva signos similares a la ansiedad como la presión en el pecho, el dolor de estómago o de cabeza, pesadez en los hombros e incluso mareos, además de los pensamientos de bloqueo de auto-reproche o agresividad hacia uno mismo.
Los elementos que se encuentran presentes en la culpa serían:
- Acto causal con acciones.
- Desarrollo de pensamiento sobre un tema complicado con ideas complejas
- Percepción de autovaloración negativa, mala conciencia.
- Emoción posterior, remordimientos, sintomatología física.
Lo que hay que tener en cuenta es que todos cometemos errores de los que no estamos orgullosos pero la visión sobre el pasado de manera constante y reiterativa no consigue la función de una posterior actuación adecuada sino al revés, la lucha personal constante con la culpa nos lleva al bloqueo, a la inseguridad y a depender muchas veces de los demás para acabar tomando decisiones. Así como a nivel físico un gasto de energía innecesario pues cuando uno se ve inmerso en un proceso de culpa tiene tendencia a dormir mal, a alterar la alimentación y otros procesos esenciales para nosotros en nuestro día a día.
Si te ves inmerso en un bucle paralizador que estrecha tu día a día pide ayuda tu entorno y los psicólogos podemos ayudarte
16 de noviembre de 2015 Comentar