"Ya llevo diez años en medicina reproductiva y me encanta. De mi profesión, una de las cosas que me gusta mucho es ver la cara de la pareja cuando el test de embarazo es positivo. Atender un parto o una cesárea y ver su felicidad."
Paolo Cirillo, un ginecólogo italiano de tradición y vocación. Es Licenciado en Medicina y Cirugía, especializado en Obstetricia y Ginecología por la Universidad de Nápoles Federico II (Italia). Cuenta además con un Doctorado de II nivel en Reproducción y Desarrollo humano, realizado también en al Universidad de Nápoles Federico II, y un Máster en Histeroscopia Vaginoscopica en el Royal Free Hospital de Londres (Reino Unido). Es ginecólogo en el Instituto Bernabeu.
Provengo de una familia de médicos y de ginecólogos en particular. Mi padre fue ginecólogo, mi hermano y mi tío también los son. Y he vivido desde pequeño la ginecología. En Italia la tradición es que el primer hijo debe seguir la tradición del padre. Mi padre me llevaba con 5 y 6 años a ver partos y cesáreas, es una especialidad que conozco desde pequeño. Me licencié en medicina y cirugía y la suerte o el destino me llevó a la ginecología. Accedían sólo diez médicos y yo entré. Desde el principio me gustó mucho y hasta hoy.
Trabajé y me especialicé con el profesor Mencaglia. Enseguida me encantó la especialidad y en dos meses estaba pasando consulta. A partir de ahí viajé por toda Italia, estuve en otros centros de medicina reproductiva en Merano, luego en Turín y en Nápoles donde he sido el director del instituto de reproducción asistida más grande de la ciudad, donde se hacen más de mil ciclos al año. El propietario es uno de los pioneros que llevó la medicina reproductiva a Italia y allí he tenido una muy buena experiencia.
Ya llevo diez años en medicina reproductiva y me encanta. De mi profesión, una de las cosas que me gusta mucho es ver la cara de la pareja cuando el test de embarazo es positivo. Atender un parto o una cesárea y ver su felicidad. Ayudar a nacer a un niño y escucharlo llorar por primera vez, son experiencias indescriptibles y la intensidad no ha parado desde el primer momento. A casa te llevas las preocupaciones y la tristeza de las parejas que no consiguen ser padres, así que cuando lo logras esa felicidad es máxima.
La decisión fue clara porque un instituto serio me propuso un trabajo serio, valorando mi currículum. Quiero trabajar aquí, me gusta mucho la atención al paciente. Y me encanta el Instituto Bernabeu sobre todo porque se hace un trabajo en equipo. Me gusta trabajar compartiendo opiniones profesionales y la comunicación científica. Y me gusta tener a alguien por encima que me enseña a diario. Mi objetivo es atender de la mejora forma a las parejas, italianas, inglesas o españolas y mejorar sin dejar de aprender nunca.