"Nos enfrentamos al gran problema del retraso de la maternidad y la paternidad, que ya tiene consecuencias para muchas parejas."
La doctora Esperanza de la Torre es cordobesa de nacimiento y madrileña de adopción desde que empezó la carrera de Medicina en la Universidad Complutense. Lleva la medicina en la sangre y siempre quiso seguir la tradición familiar. Su abuelo es su referente y como él, quiere sentir el amor por la medicina todos los días de su vida.
En Instituto Bernabeu Madrid ejerce su vocación como especialista en reproducción asistida. Se considera una persona muy familiar, y por eso, siempre que puede, se “escapa” al sur para visitar a la familia. Su pasión son los viajes, la naturaleza y el aire libre. Y para relajarse opta por un buen libro o pintar.
Quise ser médico desde que tengo uso de razón. Siempre he sentido una gran curiosidad por la ciencia y la naturaleza, y me gusta el contacto con las personas y tener la oportunidad de ayudarlas.
Vengo de una familia de médicos y he crecido oyendo hablar de medicina y sintiéndome cómoda desde muy pequeña en un hospital. Posteriormente, durante la carrera, conocí mejor la Ginecología y Obstetricia y me fascinó el poder observar cómo crecía la vida dentro de una mujer.
La medicina reproductiva me atrajo desde el principio. Es una especialidad en constante evolución, en la que nunca se deja de aprender y que plantea grandes retos científicos, con un fin maravilloso que es el de contribuir a la formación de una familia. Creo que es una gran responsabilidad acompañar a una pareja en un momento tan delicado y lleno de incertidumbre como es el afrontar un diagnóstico de infertilidad, y un privilegio poder ayudarles.
El cuidado meticuloso de cada uno de los detalles que se inculca a todas las personas que forman parte de la clínica. En mi periodo formativo estuve muy acompañada y guiada por grandes profesionales. Ellos me han transmitido, no solo la búsqueda de la excelencia científica, sino también la humana.
He tenido la suerte de estar siempre muy bien rodeada. Durante mi época MIR en el Hospital Fundación Jiménez Díaz, me guiaron en mis primeros pasos y me apoyaron y motivaron a luchar por desarrollar mi carrera en aquello que me gustase. Fue una época de trabajo muy duro, pero de la que guardo muy buen recuerdo y un profundo agradecimiento a todos los que contribuyeron a mi formación.
Recuerdo las betas positivas y también las negativas. En esta especialidad la relación médico-paciente es muy intensa, conoces la historia de cada familia, sus preocupaciones y sus miedos, y resulta inevitable alegrarse con ellos y también sufrir con ellos.
En mi familia, mi abuelo fue un apasionado de su trabajo como médico, todos los días de su vida. Quisiera como él, acabar mis días sintiendo el mismo amor por mi trabajo que cuando empecé.
Instituto Bernabeu se fundó con el objetivo de ofrecer a los pacientes la mejor atención desde el punto de vista técnico, científico y humano. A pesar de haber crecido mucho ha mantenido en todo momento esa filosofía. Para mí es fundamental trabajar en un entorno que comparta mis principios.
Hay mucho, muchísimo por aprender en reproducción. La necesidad de continuar la investigación se hace patente cada día en nuestra práctica médica. Uno de los mayores interrogantes es el proceso de implantación embrionaria, que aún resulta parcialmente conocido, y en el que parecen implicados múltiples factores. Actualmente me encuentro inmersa en un estudio sobre el posible papel de los cambios del endometrio (el “colchón” en el que anida el embrión) en los momentos previos a la implantación embrionaria. También me interesa conocer más sobre los abortos de repetición, que es una de las situaciones más frustrantes para nosotros, especialmente cuando no logramos dar con una causa.
El gran problema al que nos enfrentamos todos hoy en día, es el retraso en la maternidad y paternidad, derivado de los cambios sociales que se han experimentado en los últimos años, y que ya está teniendo consecuencias para muchas parejas.
Por otra parte, me preocupa lo que llaman hoy en día “desinformación”. Estamos expuestos a un bombardeo de noticias, frecuentemente mal documentadas, que genera grandes prejuicios y miedos en la población. En la relación médico-paciente, esta situación está afectando profundamente a la confianza, y es algo contra lo que tenemos que luchar cada día en todas las especialidades médicas.
Creo que además, el gran avance de la medicina nos ha dado una falsa seguridad. Me parece fundamental asumir que hay muchas cosas que aún no sabemos, para evitar buscar respuestas que no están basadas en el método científico.
Les diría que traten de normalizar este proceso, que es mucho más frecuente de lo que creen. Que se dejen aconsejar y tengan paciencia, porque aunque no siempre es un camino breve, en la mayoría de las parejas conseguimos el embarazo. Y que sepan que estamos todos en el mismo “barco”, y estaremos aquí para acompañarlos y pelear por su objetivo.