Es una persona tranquila, muy sosegada y tremendamente empática. Sabe escuchar y aconsejar de manera muy acertada. Dedica al paciente todo el tiempo que cree necesario sin importarle en absoluto el tiempo que dedica a cada enfermo. No rehuye hazcer ningún tipo de exploración si lo cree oportuno. Te hace sentir relajado. En muchas ocasiones he llegado a pensar que su nombre le hace justicia porque actúa como un ángel y te transmite paz en la consulta. Ya no es mi médico, pero le sigo añorando.
El tiempo en la sala de espera se hace un poco largo, pero el motivo del retraso no es otro que el de ser una persona muy cercana, treméndamente humana, repetuosa y considerada que nunca escatima tiempo para dedicarle a los pacientes la atención oportuna. Le deseo lo mejor en su carrera profesional y en su vida. Me consta que la mayoría de sus pacientes en Lepe tienen una opinión excelente de él como persona y facultativo..