"El insomnio auténtico debe considerarse, más que como una enfermedad concreta, como un síntoma, un “signo” de que algo está pasando. Sólo cuando el insomnio frecuente se alarga en el tiempo, se cronifica, está presente ya en un periodo de uno a seis meses o más, puede llegar a ser el problema principal.”
Oscar Modesto Larrosa Gonzalo Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco, especialista en Neurofisiología Clínica vía MIR en el Hospital Clínico Universitario San Carlos, con subespecialidad en Medicina del Sueño. Cuenta con la acreditación como experto en Medicina del Sueño, otorgada por el Comité Español de Acreditación en Medicina del Sueño, y más de 20 años de experiencia en esta especialidad.
A grandes rasgos, la Medicina del Sueño se ocupa de problemas y trastornos que suceden cuando dormimos, tanto de la mala calidad y/o cantidad de sueño en el amplio sentido del término como de sucesos o comportamientos que son o parecen anómalos durante el mismo, así como de los trastornos que producen dificultades para mantener la vigilia y el rendimiento cuando no dormimos, cuando toca estar despiertos.
Se ocupa asimismo de las dificultades para mantener el horario biológico y social adecuado de dormir y descansar, y de estar despiertos y activos, en definitiva de nuestro nivel adecuado o no de rendimiento y descanso según la biología individual “circadiana” o cronobiológica de cada uno, y lo que repercute en la salud física y el ritmo de vida.
Todo ello, desde un punto de vista diagnóstico, terapéutico y, muy importante y aún poco desarrollado, de prevención y educativo, ya que los trastornos de sueño en general se consideran en la actualidad como un problema de salud pública de primer orden.
En la literatura médica especializada se incide en que “los ataques de somnolencia diurna “o los cuadros de falta o mala calidad de sueño nocturno de cualquier tipo, se deberían abordar con la misma seriedad que los procesos cardíacos agudos o los trastornos cerebrovasculares.
La Medicina del Sueño es un campo médico joven, en franco desarrollo, con pocos especialistas aún que lo aborden desde un punto de vista integral (hay más que conocen y se ocupan de aspectos parciales del mismo), y que exige a veces un abordaje multidisciplinar en la solución de los problemas (el concepto de "Unidades de Sueño").
El insomnio auténtico debe considerarse, más que como una enfermedad concreta, como un síntoma, como puede ser el dolor o la fiebre, un “signo” de que algo está pasando. Sólo cuando el insomnio frecuente se alarga en el tiempo, se cronifica, está presente ya en un periodo de uno a seis meses o más, puede llegar a ser el “problema principal”, y es en estos casos cuando tiene mayor importancia investigar la causa, cuál es el problema en su conjunto, para intentar solucionarlo adecuadamente.
En cuanto a qué lo provoca, las causas pueden ser muy variadas, agrupándose en tres-cuatro grandes grupos, que a veces se entremezclan entre si:
Sí, me considero especialista avanzado en este problema. Es una enfermedad frecuente, aún poco conocida, incluso a nivel médico, muchas veces incorrectamente manejada y que provoca frecuente incomprensión en el entorno del afectado a todos los niveles, incluido el sanitario. Además machaca con frecuencia la calidad de vida del sujeto y, a medio-largo plazo, su salud.
Consiste en una irresistible necesidad de mover las piernas en reposo, sentado y tumbado, en general por la tarde y por la noche, que con frecuencia se acompaña de sensaciones desagradables internas mal definidas en las piernas. Todo ello se alivia al mover las piernas y al caminar, y, cuando el problema es moderado-intenso y frecuente, provoca una pésima calidad de sueño, un “insomnio secundario”, que es la causa más frecuente de consultar al médico. Es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), con predisposición genética clara más o menos intensa
El tratamiento, en los casos de intensidad significativa de molestias, es con medicamentos específicos para los síntomas (no sirven medicamentos para dormir ni para el ánimo), tomados en general a largo plazo, es una enfermedad crónica en general y no sabemos aún como curarla, hacerla desaparecer. Existen también medidas higiénicas y de estilo de vida que se aplican en todos los casos, y que por si solas sólo son suficientes en casos leves en general. Hay fármacos que empeoran la enfermedad, hecho poco conocido aún
El Síndrome de Apnea-Hipopnea durante el Sueño es el segundo trastorno de sueño más común, solo por detrás del insomnio. Esto sobre todo si hablamos de la variante obstructiva de la enfermedad, incluyendo algunas modalidades o subvariantes a las que se le debería prestar más atención, como es el Síndrome de Aumento de la Resistencia de Vías Aéreas durante el Sueño. Son problemas que aún están infradiagnosticados en la población, con las terribles consecuencias que pueden tener para la salud y el rendimiento.
El tratamiento más habitual y eficaz de este problema son los dispositivos de CPAP (siglas en inglés de presión aérea positiva continua), usados durante el sueño, existiendo diferentes modalidades para aplicar según el caso. Pero existen otras medidas que pueden estar indicadas, como son la terapia postural, el control de sobrepeso y la valoración-corrección de ciertos problemas de anatómicos a nivel de vías aéreas superiores o maxilofaciales .
También pueden ser útiles en casos con indicación precisa los dispositivos de avance mandibular (DAM), que se colocan en la cavidad bucal durante el sueño. El tratamiento es muchas veces multidisciplinar, con varios especialistas implicados.
La narcolepsia es una enfermedad poco frecuente, pero en la que no es raro que el diagnóstico preciso se retrase bastante tiempo. Además de la excesiva somnolencia diurna ,de base o en forma de ataques bruscos de sueño, pueden presentar “conductas automáticas” o “a piñón fijo” (por microsueños frecuentes despierto) y cataplejias, casi exclusivas de la enfermedad aunque no siempre aparecen, y que son pérdidas de tono muscular brusco total o parcial en ciertas situaciones emotivas.
También pueden aparecer parálisis momentáneas del sueño y alucinaciones durante el sueño (en la transición vigilia-sueño, al dormirse o al despertarse) que, aunque pueden aparecer en todo el mundo, son mas frecuentes en esta enfermedad.
se puede tratar con fármacos específicos para los síntomas, para la somnolencia y/o los otros síntomas, solos o combinados, según el caso. Medidas higíénicas son útiles siempre, como dormir lo suficiente por la noche y siestas cortas una o varias veces al día
En el sentido amplio, hay muchos y muy variados, se pueden dar a cualquier edad, pero sí que es verdad que algunos son mas frecuentes en niños y adolescentes, hasta los 20 años.
El sonambulismo y sus “primos hermanos”, los terrores nocturnos y los despertares confusionales, son un claro ejemplo de ello, al ser un retraso inespecífico de maduración de algunos mecanismos de sueño-vigilia, con predisposición genética a veces. Suelen desparecer solos, con la edad en general, y lo importante es informar de su significado, cómo afrontarlo y descartar que no sean otros procesos distintos, como pueden ser algunos tipos de epilepsia que se manifiestan sobre todo durante el sueño.
Las pesadillas pueden aparecer a cualquier edad, y pueden tener un significado muy distinto según se den en la infancia-adolescencia, o si el afectado es un adulto.