Después de una cirugía de hernia inguinal, ya sea abierta o laparoscópica, es importante mantener una serie de cuidados para garantizar una correcta recuperación.
A continuación damos respuesta a las dudas más frecuentes con respecto al postoperatorio de esta intervención.
Dependiendo del tipo de cirugía realizada el paciente recibirá el alta el mismo día, o tendrá que permanecer en el hospital durante 1 o 2 días.
Puede ser necesario un reposo de 2 o 3 días en casa, limitando los movimientos.
Al principio del postoperatorio puede presentarse dolor, malestar y rigidez, sobre todo al moverse. También puede sentir cansancio, que permanece durante algunas semanas.
Es importante que la vuelta a las actividades normales de la vida diaria, como conducir, caminar o la actividad sexual, se retomen solo cuando el paciente se sienta preparado, y de forma gradual.
Generalmente después de 3 - 4 días el paciente podrá caminar distancias cortas, aumentando progresivamente. Para conducir se recomienda esperar unos 15 días, siempre que esta actividad no le produzca dolor.
Se debe evitar levantar objetos pesados (de más de 4 kg), durante las 4 a 6 semanas posteriores a la cirugía o hasta que el médico lo autorice. Los pacientes cuya actividad laboral requiera esfuerzos físicos, podrán reincorporarse al trabajo en 3 a 4 semanas (en cirugía laparoscópica), o bien en 5 a 6 semanas (en cirugía abierta).
También se debe evitar cualquier actividad que provoque dolor o tire de la zona de la cirugía.
Los jóvenes mayores y adultos, pueden requerir el uso de un soporte atlético, si presentan inflamación o dolor en la zona de los testículos.
Cuando la cirugía se ha realizado en bebés o niños, a menudo detendrán cualquier actividad si se sienten cansados. No se debe forzar la continuación de dicha actividad si el menor parece estar cansado.
El cirujano indicará cuándo el niño puede regresar a la escuela o la guardería. Generalmente será en 2 o 3 semanas después de la intervención.
Es necesario proteger la incisión del sol durante un año, para evitar que la cicatriz se marque.
Tras una cirugía de hernia inguinal se recomienda mantener una dieta blanda la primera semana, introduciendo de manera progresiva otros alimentos de la dieta normal.
También es necesario consumir alimentos ricos en fibra y abundante agua, para evitar el estreñimiento causado por los analgésicos. Los esfuerzos abdominales pueden causar dolor en la zona quirúrgica.
Los antibióticos pueden causar diarrea, si esto ocurre, el yogur con cultivos probióticos es de gran ayuda. Si no mejora, se debe contactar con el cirujano.
Generalmente se recetan analgésicos, tales como Nolotil, Paracetamol o Enantyum, que deben ser utilizados según las indicaciones del equipo médico.
También se recomienda aplicar una compresa fría en la zona de la incisión por unos 15 a 20 minutos durante aproximadamente 2 semanas tras la intervención.
Es posible que se coloque un vendaje sobre la incisión. Es normal que se produzca un poco de sangrado y secreción en los primeros días. Se puede aplicar un ungüento antibiótico (bacitracina, polisporina) u otra solución en la zona de la incisión, siempre bajo las indicaciones del médico.
Cuando el cirujano lo indique, la herida debe lavarse con jabón suave y agua, secándose con toques suaves con un apósito limpio. Se deben evitar los baños, así como el uso de jacuzzis, o nadar en la primera semana después del procedimiento.
Para evitar que aparezcan hematomas en la herida, se recomienda utilizar ropa interior ajustada.
Entre 7-10 días tras la intervención, se realizará una consulta con el cirujano para revisar las heridas, y un mes después para valorar la situación del paciente antes de darle el alta.
Si presenta algunos de los siguientes síntomas es imprescindible contactar con el médico:
Al someterse a una cirugía de hernia inguinal, el cirujano y el equipo médico darán todas las indicaciones para una correcta recuperación, y que así el paciente pueda retomar su vida normal a la brevedad posible.
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