Para la operación de las hernias inguinales suelen usarse mallas quirúrgicas. Se trata de mallas de material estéril, que pueden implantarse dentro del cuerpo, ya sea de manera temporal o permanente.
Lo primero es colocar las vísceras en su lugar, para luego poner la malla, esta hace que se queden en su sitio y no se muevan, hasta que el propio organismo genere tejido para mantenerlas en su lugar. Una vez colocada la malla, se sutura alrededor.
La hernia inguinal ocurre cuando parte de tejido empuja hacia afuera a través de una zona debilitada en los músculos abdominales. El bulto que aparece puede causar dolor, especialmente al inclinarse, toser o levantar objetos pesados; aunque algunas hernias no causan dolor.
Tipos de operación de la hernia inguinal: abierta y mínimamente invasiva o laparoscópica
Cuando la hernia es grande o dolorosa, a menudo requiere cirugía para aliviar las molestias y evitar complicaciones. Existen dos tipos de operación para la hernia inguinal:
- Reparación abierta: se hace una incisión en la ingle y se empuja el tejido que sobresale al interior del abdomen. Luego se cose el área debilitada, reforzándola con malla quirúrgica. La abertura realizada puede cerrarse con puntos, grapas, o adhesivo quirúrgico.
- Reparación de mínima invasión: el cirujano realiza varias incisiones pequeñas en el abdomen. Este puede utilizar instrumentos laparoscópicos o robóticos en el procedimiento. Se utiliza gas para inflar el abdomen y ver mejor los órganos. Se inserta una sonda dotada de cámara, y también pequeños instrumentos necesarios para reparar la hernia con malla.
Los resultados a largo plazo de la cirugía de hernia inguinal abierta y laparoscópica, son similares.
Tipos de malla quirúrgica: ventajas e inconvenientes
Existen diferentes tipos de mallas quirúrgicas: mallas sintéticas, mallas biológicas y mallas sintéticas absorbibles, cada una de ellas tiene diferentes ventajas e inconvenientes.
Ventajas de las mallas sintéticas
Son las más utilizadas, han demostrado mejores resultados en la reparación de hernias. En concreto las mallas de polipropileno, un material que lleva utilizándose desde hace más de 50 años.
Ante la colocación de una malla sintética, el organismo la identifica como un cuerpo extraño, provocando una reacción inflamatoria inicial a modo de defensa, y una posterior reacción fibrosa, que es justamente lo que se busca para reforzar la reparación de la hernia.
Inconvenientes de las mallas sintéticas
Con muy poca frecuencia pueden aparecer efectos no deseados en el paciente, como reacción inflamatoria crónica y excesiva, provocando una acumulación de líquido sobre la malla, dolor y complicaciones en la herida de la cirugía.
También puede producirse una infección o un rechazo de la malla. En ocasiones es necesario retirarla.
Ventajas de las mallas biológicas
Este tipo de mallas utilizan una matriz de colágeno de algunos animales, compatibles con el ser humano. Desaparecen del cuerpo con el tiempo, por lo que facilita el manejo de los casos de infección por colocación de mallas sintéticas previas.
Inconvenientes de las mallas biológicas
Tras su uso durante años, este tipo de mallas no ha demostrado mejorar las complicaciones infecciosas. Además la tasa de reaparición de las hernias es muy alta y se trata de un material muy caro. Por estas razones su uso actualmente es limitado.
Mallas sintéticas absorbibles
En la actualidad se están desarrollando mallas sintéticas que el organismo pueda absorber, solucionando así el problemas de la reparación duradera, con menos complicaciones, con un material que pueda desaparecer después de cumplir con su misión.
Recuperación tras la cirugía de hernia inguinal con malla
Después de colocar una malla quirúrgica para la reparación de la hernia inguinal, es frecuente que los pacientes presenten hinchazón, causada por el líquido que permanece en la zona tras insertar la malla. Este líquido suele desaparecer solo, pero en algunos casos es necesario drenarlo.
Es posible que se desarrolle alguna infección, como ocurre en cualquier intervención quirúrgica, esta puede ser tratada con antibióticos, y desaparecerá en unos pocos días.
Cualquier molestia fuera de lo común debe ponerse en conocimiento del cirujano que haya realizado la intervención. Si se padece fiebre, es imprescindible acudir inmediatamente al médico.
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